lunes, 13 de octubre de 2014

Fe y Obediencia

Frases

“Únicamente la obediencia tiene derecho al mando” Emerson (1803-1882) Poeta y pensador estadounidense.


“La libertad sin obediencia es la confusión, y la obediencia sin libertad es esclavitud”. William Penn.


“¿Qué hay en la tierra o el cielo que no esté sujeto a la ley de la obediencia? Todos los seres reciben órdenes y, a su vez, gobiernan sobre otros. Cada tierra tiene su rey respectivo” 


Versículos

“El que quiera seguir en pos de mí, niéguese a sí mismo” Lucas 9:23

“Por la Fe Abraham, siendo llamado, obedeció” Hebreos 11:8

Def. Rae: Rebelde.

1. adj. Que, faltando a la obediencia debida, se rebela (‖ se subleva). U. t. c. s.

2. adj. Que opone resistencia.


Fe y Obediencia
Misionvida.org/mensajedelcielo
Para quien ama a Dios, nada le resulta difícil; servir a Dios no le es dificultoso y abandonar lo que haya que abandonar tampoco. ¡Nada es difícil si uno realmente ama a Dios y tiene fe! ¡La fe hace las cosas más fáciles! Todo eso que te cuesta, lo estás haciendo por tu cuenta, porque el yugo de Jesús es fácil, y es ligera su carga. Pero la fe te lleva a hacer las cosas en el poder de Dios y no en el tuyo, en la unción de Dios y no en la tuya, por causa de la sabiduría y la inteligencia del Señor y no por la tuya. Oramos para que podamos tener el poder, la gracia, la unción, la inteligencia y sabiduría de Dios, así las cosas no nos resultarán difíciles. La fe y la obediencia van de la mano. La fe, es un arma poderosa de parte de Dios, que logra que penetremos en su dimensión sobrenatural; y estando en la dimensión de Dios, podrás ver y entender lo que Él quiere hacer. Uniendo la fe a la voluntad de Dios, entonces producirás en el mundo natural la sobrenaturalidad de la dimensión del reino de Dios. ¡Qué Dios te llene de fe! Porque el mundo necesita ver su poder sobrenatural a través de la fe que opera en ti. La fe pertenece a la dimensión de Dios y a ninguna otra. La fe es una gota del cielo que baja sobre el creyente para que vea lo que Dios va a hacer, y éste lo habla y lo hace, porque con la fe ha traído desde el nivel sobrenatural al terreno natural, lo que Dios quiere manifestar. La fe no es para que yo logre lo que quiero sino para lograr lo que Dios quiere. A través de la fe, Dios me asocia con Él para llevar a cabo las cosas que quiere hacer en la tierra. Y por medio de la fe, orando, hablando y actuando, yo traigo al terreno natural, las cosas sobrenaturales de Dios. Entonces, la fe fue diseñada por Dios para que se hagan las cosas que El quiere en la tierra. El reino de Dios es el lugar donde se manifiesta y lleva a cabo su voluntad. 

Lo que digas recibes
www.cashluna.org
Josué 1:8 dice: “Que no se aparte nunca de tu boca este libro de la ley.  Medita en el día y noche y obedécelo al pie de la letra. Solamente así tendrás éxito”. Si usted quiere tener éxito, sólo así podrá alcanzarlo, no se puede negociar con Dios otra manera de alcanzar el éxito, a través de toda la biblia no ve a un haragán, a un negligente o insensato bendecido, se ve bendecida únicamente a gente diligente, esforzada y valiente, usted no mira a David ser bendecido por tenerle miedo a Goliat, ni a Josué por tenerle miedo a los muros de Jericó, o Moisés por tener temor de ahogarse en el Mar Rojo. Por eso La Biblia habla de Dios y de la gente, si solo La Biblia hablara únicamente de Dios nosotros no tendríamos ejemplos que seguir porque seguir el ejemplo de Dios sería difícil, crear el Universo, la luz, hacer días, noches, estrellas, peces, eso sería seguir el ejemplo de Dios, pero él se encargo de tomar hombres a través de la historia para tener un muestrario de lo que puede hacer en la vida de un hombre si obedece su palabra, pero no se puede pretender ser bendecido sin esfuerzo, sin meditar, sin valor, debemos tener la Palabra en la boca, no sólo debemos meditar la palabra sino debemos hablar lo que meditamos. Salmo 1:1-3 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado;  Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. Prosperarás si y sólo sí meditas en su Palabra de día y de noche. Decida creerle al Señor. Prepara tu testimonio futuro y di “No importa lo que venga, el alza de lo que sea, el Señor es mi Pastor, no importa lo que pase en el mundo entero, en lo que respecta a mí, nada me faltará”. David está meditando tan fuerte que se va más allá dice en el Salmo 23:5  Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;  Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. David dice: “En presencia de los espíritus que pueden venir a atormentarme Dios me va a servir la mesa, voy a festejar porque Jehová es mi pastor, habrá comida y tendré apetito para comer”, eso es meditar. No le  estaba pasando eso a David, le podría llegar a pasar, se estaba preparando por si llegaba a pasar, por si el esposo venía ya tenía la vasija llena de aceite, se estaba preparando para el futuro. El Señor dice: “Sé valiente, esfuérzate, medita en mi palabra de día y de noche, que no se aparte este libro de tu boca un solo día”. Tenemos que hablar palabra, declarar sus promesas, debe estar conectada la escritura en su corazón. 1 Pedro 3:10 Porque:   El que quiere amar la vida y ver días buenos,  Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño. Los días buenos y la buena vida esta directamente ligada a lo que hablo, revisa qué tipo de conversación tienes todos los días. Con quién hablas más seguido, cuáles son los temas que más seguidos tocas, pregúntate si esos temas edifican a alguien, si bendicen tu vida, si te llevan a ser mejor, si te van a hacer prosperar o si son negativos, si son chismes. Etc. Por tu boca puedes conocer tu corazón, sé sensato, la Biblia dice que si creemos con el corazón y confesamos con nuestra boca que Jesús resucitó de los muertos seremos salvos, hasta la salvación está asociada a lo que hablamos, debemos hablar lo que creemos, lo que meditamos, si ya lo viste háblalo, David creyó la fidelidad de Dios, se proyectó a futuro y lo dejó escrito. Deja todas las palabras que no edifican y no sirven, habla lo positivo.


"No puedo" son dos palabras inconvenientes
Lo que dices recibes Don Gossett
A pesar del hecho, de que la Biblia promete sanar al enfermo, hubo una mujer, en los días en que iniciaba mis oficios dedicados a aliviar a los enfermos, que puso una carga muy pesada sobre mi corazón. Ella estaba padeciendo de un caso  muy severo  y  crónico  de asma. Yo había tenido que orar por ella muchas veces y, sin embargo, no mejoraba. Un día se acercó para contarme sus problemas. Muy sincera  pero al mismo tiempo muy desalentada hasta el punto que no podía hablarme sin llorar, me dijo: -Hermano Gossett, no comprendo por qué no puedo sanarme. Conozco otra gente por quienes usted ha orado, gente que también sufrió de asma, y se ha curado.  Si es verdad que Dios no discrimina a las personas, ¿porque es que él no me cura a mí? Le respondí: -No sé por qué no se ha curado, pero es mejor  que  continúe contándome todo  acerca  de su persona. Inmediatamente comenzó a confiarme sus inquietudes. Me contó todo respecto de su enfermedad y al hecho  de  que a ella le parecía que nunca se curaría. Todo  en  ella reflejaba sinceridad, y  obviamente   estaba   ansiosa  de poder recibir  de Dios  su  curación. -Señora  Allison -comencé-. Yo  deseo  ayudarla y  creo  que  Jesús   desea  ayudarla   también,  pero  hay algo  que  debe  vencer, algo  que  es  tan  serio  como el asma, antes  de que usted  pueda  curarse de esta  asma. La  perplejidad   de  su  rostro parecía   decirme: "No entiendo  lo que  me  quiere  decir,  pues  ya  he  probado todo," Ni siquiera   esperé  que ella formulara   esa  pregunta. Le  hablé  directamente    sobre   su  problema: -Si     yo le  hago  ver   algo,  que  creo  que  es muy  importante, ¿me   permite que   se  lo  diga  con  franqueza ahora mismo?  Usted  sabe cuánto  deseo ayudarla.  ¿Me creerá usted,  sabiendo  que  yo sólo soy un siervo  de Dios? Sin dudar un   minuto,   ella    respondió: -Ah, sí, yo  me  he  acercado a usted en  busca  de   la   verdad  y deseo  que  me  diga  la  verdad. Ayúdeme en  todo  lo posible.  Si Dios   le  deja  ver  a  usted  algo   en  mi  vida que no está  correcto,  deseo   que me lo   diga. Con  toda   calma   y suavemente  le  expliqué: -Es verdad   que  usted   sufre   de  un  caso  muy   grave de asma,  pero  a  lo  que  yo me refiero   que es  igualmente grave  y  tal  vez  hasta   más grave  que  el  asma  es  su actitud   negativa.   Usted   padece  de un  caso   tan  agudo de "negativitis" que  jamás   he  visto   otro   igual.   Le he estado  escuchando atentamente   y no menos  de  doce veces  ha  dicho :  "No  puedo. No  puedo  curarme.   No puedo  respirar.   No  puedo  dejar  la  cama  en las mañanas.   No puedo  continuar   durante   el día.   No  puedo permanecer    en  la  oficina."   Parece  que  su  vida  estuviese   hecha  de  "no  puedo" hacer  esto  y  "no  puedo" hacer lo  otro. Ahora   bien,  en  ninguna parte de  la Biblia Dios la muestra a  usted   como  una "yo  no puedo". Sin   embargo, de  alguna  manera,   usted   ha agarrado   esta  enfermedad    de la   "negativitis". Antes de esperar  un  cambio   favorable  en  su  vida,   cualquier mejoría   en  su  salud,  usted debe  empezar   a  cambiar su  actitud  negativa por  una  positiva; en vez de decir "no   puedo"  diga  "sí   puedo".   Hasta que  así  lo  haga, Dios  no podrá  ayudarla   como él   lo desea. Durante   todo  el  tiempo   que  estuve   hablándole,   la señora  estuvo llorando.   Pero  como yo estaba  tan  interesado  en su problema   y su condición   emocional,  sabía que  debía  continuar   puesto  que estaba   ahí  para  ayudarla  a  abrir la  puerta   hacia  Dios,   su  gracia   y  su poder. Ella  aceptó mis  comentarios  y, todavía  llorando,  me preguntó entre sollozos: -¿Pero  qué  puedo  hacer? ¿Cómo puedo cambiar   mi  actitud? Abrí la Biblia   en   Filipenses    4 :13,  se  la   pasé y le  pedí  que  leyese.   Suavemente  pero   con  una  determinación  que  no  había    escuchado antes   en  su  voz, ella  leyó:    -"Todo  lo  puedo en Cristo que   me  fortalece." -Luego,    ése  es  el   secreto,   -le   dije-. En  vez   de decir  "No puedo curarme",   comience   a  afirmar:  "En Cristo  que me fortalece  yo  puedo hacer  todo;   yo puedo curarme·  puedo   recobrarme   totalmente    en Cristo, quien me  fortalece   y me  cura,   por  sus llagas   yo  me  curo. "Su  recuperación no   iba  a  ser   instantánea    puesto que  la  señora  Allison   había  practicado  el  "No puedo" por  tanto  tiempo    que  necesitaba    someterse  a una  disciplina eficaz  para  enseñar  a sus indisciplinados labios a  pronunciar   la  Palabra   de   Dios.   Muchos     meses  mas tarde,sin   embargo, volví a verla. En esta ocasion ello estaba alegre y  feliz.Toda  anhelante me confesó que  Dios  la  había  curado   completamente de  su  dolorosa  y terrible asma  que  por  tanto   tiempo  martirizo su vida. Ahora  voy a  dar  a ustedes "una  breve  representación" de  lo que  la  señora  Allíson decía antes  de   que aprendiese   a curarse: "He  padecido   de esta  asma  por muchos  años,  pero  no puedo  curarme. Han  orado  por mí  muchas  veces. Otros además  de usted  han  orado pero  simplemente no he  conseguido  mejorarme." Lo que la señora  Allison dijo fue  lo que  la  señora Allison  recibió. Cuando ella dijo: "Yo simplemente no puedo  curarme", es claro  no  podía curarse. Cuando ella dijo: "Puedo recuperarme completamente en Cristo, quien me fortalece  y me cura, y por sus  llagas  yo me curo",  por eso ella se curó. Naturalmente, no fue la de ella una  mejoría instantánea. Aun la gente que se ha propuesto edificar su fe  durante años no siempre consigue mejorías instantáneas. Pero el hecho es que ella se sanó. No solamente la señora Allison reconoció su curación, en  el sentido de que ella tuvo la Palabra escrita de Dios que dice  "por su llaga fuimos nosotros curados", ( Isaías 53: 5), sino que oportuna- mente ella también tomó posesión de su buena salud, puesto que nunca más tuvo que confiar en su curación ya que la sentía  con cada aliento que exhalaba. Lo que dices, recibes. 

Mi lista de Nunca Más
http://www.enlace.org/mi-lista-de-nunca-mas/
1. Nunca más confesaré “no puedo” porque “todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4:13)

2. Nunca más confesaré carencia, porque “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:19)

3. Nunca más confesaré temor, porque “no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” (2 Timoteo 1:7)

4. Nunca más confesaré duda o falta de fe, porque “conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.” (Romanos 12:3)

5. Nunca más confesaré debilidad, porque “Jehová es la fortaleza de mi vida.” (Salmos 27:1) y “El pueblo que conoce a su Dios será fuerte y actuará.” (Daniel 11:32)

6. Nunca más confesaré la supremacía de Satanás sobre mi vida, “porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo.” (1 Juan 4:4)

7. Nunca más confesaré derrota, porque “gracias a Dios, que en Cristo siempre nos lleva en triunfo.” (2 Corintios 2:14)

8. Nunca más confesaré falta de sabiduría, porque “estamos en Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios.” (1 Corintios 1:30)

9. Nunca más confesaré el dominio de la enfermedad sobre mi vida, porque “por su llaga fuimos nosotros sanados.” (Isaías 53:5)

10. Nunca más confesaré preocupaciones y frustraciones, porque estoy “echando toda ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de mí.” (1 Pedro 5:7) En Cristo estoy libre de preocupaciones.

11. Nunca más confesaré atadura, porque la Escritura dice: “donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.” (2 Corintios 3:17)

12. Nunca más confesaré condenación, porque “ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.” (Romanos 8:1) Estoy en Cristo, por tanto estoy libre de condenación. La lista está basada en un pasaje de Romanos.
“Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” (Romanos 10:8-10) También está en armonía con el espíritu de fe, como está revelado en 2 Corintios: “Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé; nosotros también creemos, por lo cual hablamos.” (2 Corintios 4:13)


Los problemas en la vida
Lidere.org
Un sabio filósofo comentaba una vez que el único obstáculo a vencer de un águila, para volar con mayor velocidad y mayor facilidad, era el aire. Sin embargo, si el aire le fuera quitado y la orgullosa ave tuviera que volar en el vacío, caería instantáneamente, imposibilitada totalmente para volar. Los mismos elementos que ofrecen resistencia al vuelo son al mismo tiempo la condición indispensable para el vuelo. El principal obstáculo que un bote tiene que superar es el agua contra el propulsor. Sin embargo, si no fuera por la misma resistencia, el bote no se movería en absoluto. La misma ley, de que los obstáculos son condiciones para el éxito, se aplica a la vida humana. Una vida libre de todos los obstáculos y dificultades, reduciría todas sus posibilidades y poderes a cero. Elimine los problemas, y la vida perderá su tensión creativa. El problema de la ignorancia de las masas da significado a la educación. El problema de la enfermedad da significado a la medicina. El problema del desorden social da significado al gobierno. En el sur, cuando el algodón era el «rey», el gorgojo pasó de México a los Estados Unidos, y destruyó los sembríos de algodón. Los granjeros se vieron obligados a cultivar otras variedades de productos tales como soya y maní. Aprendieron a usar sus tierras para criar ganado, cerdos y pollos. Como resultado, muchos más granjeros llegaron a ser prósperos que en los días cuando el único cultivo era el algodón. El pueblo de Enterprise, Alabama, estaba tan agradecido por lo que había ocurrido, que en 1910 erigieron un monumento al gorgojo. Cuando cambiaron del sistema de cultivo único a cultivo diversificado, se hicieron más ricos. La inscripción en el monumento dice: «Con profundo aprecio al gorgojo y lo que hizo para proclamar la prosperidad». A lo largo de toda la vida, los seres humanos tendemos a querer librarnos de los problemas y responsabilidades. Cuando surja esa tentación, recuerde al joven que preguntó a un viejo solitario: «¿Cuál es la carga más pesada de la vida?» El viejo le respondió tristemente: «No tener nada que cargar». Un gran número de los Salmos fueron escritos en momentos de dificultades. «La mayoría de las epístolas se escribieron en las prisiones. La mayoría de los más notables pensadores de todos los tiempos tuvieron que pasar por fuego. Dolly Parton lo resume todo con estas palabras: «Como yo lo veo, si usted quiere tener el arco iris tiene que soportar la lluvia». Hay un mundo de diferencia entre una persona que tiene un gran problema y una persona que hace de un problema algo grande. Durante varios años di entre veinte y treinta horas semanales de consejería. Pronto descubrí que las personas que venían a verme no eran forzosamente las que tenían los mayores problemas. Eran las que estaban conscientes de sus problemas y consideraban sus dificultades muy estresantes. Ingenuo al principio, trataba de arreglar sus problemas, sólo para descubrir que al salir de ellos entrarían a otros. El problema es que reaccionan equivocadamente ante los «problemas», y por eso hacen de sus «problemas» verdaderos problemas. Lo que importa en realidad no es lo que me sucede, sino lo que sucede en mí . Un estudio de trescientas personas sumamente exitosas, como Franklin D. Roosvelt, Helen Keller, Winston Churchill, Albert Schweitzer, Mahatma Gandhi y Albert Einstein indica que uno de cada cuatro tenía limitaciones tales como ceguera, sordera o parálisis. Tres cuartos habían nacido en la pobreza, venían de hogares destrozados, o por lo menos de situaciones familiares sumamente tensas o perturbadoras. ¿Por qué los triunfadores superaron los problemas, mientras miles de personas se sienten abrumadas por ellos? Porque rehusaron a asirse de las excusas comunes para el fracaso. Transformaron los grandes escollos en pequeñas piedras sobre las cuales pisar para cruzar los ríos. Se dieron cuenta de que no podían determinar todas las circunstancias de la vida, pero podían determinar qué actitudes escoger frente a cada circunstancia. Los problemas pueden detenerle temporalmente. Usted es el único que puede actuar permanentemente.


Salud y fe cristiana
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La ciencia sostiene hoy que fe es una ayuda para combatir las enfermedades. La idea de que la práctica de la oración puede mejorar la salud no es nueva. Los beneficios para la salud de la oración, la espiritualidad y la fe se han convertido en objeto de investigación científica. «No hay forma de probar científicamente que Dios cura, lo que sí parece susceptible de demostración es que creer en Él tiene efectos beneficiosos», afirma el doctor Dale Mathews, que prosigue: «Es casi indudable que la fe, la oración y las prácticas religiosas sanas contribuyen a la mejoría de los enfermos». Archives of Internal Medicine publica que los 1.100 médicos encuestados por la Universidad de Chicago afirman que la fe puede tener un efecto positivo en los pacientes: sobrellevan mejor la enfermedad y su actitud positiva les da un apoyo; la esperanza, paz y bienestar de los creyentes profundos reducen las hormonas estresantes que dañan la salud. Hay pruebas fehacientes que demuestran que entre la fe y la longevidad existe una profunda relación. El testimonio más claro es del Premio Nobel de Medicina Santiago Ramón y Cajal, uno de los más eminentes médicos de la historia, que escribe: «Cuando considero el color sano y la tranquilidad de ánimo de las personas piadosas, pienso que la fe posee, además de alto valor moral, excelente valor nutritivo. La fe robustece v conduce a la longevidad lozana, mientras que la duda condena, a veces, al dolor y a la vejez prematura». La calidad del testimonio y de su autor no deja lugar a la manipulación o a una interpretación falsa. Según varias investigaciones científicas, los creyentes son menos propensos a la depresión, al suicidio, al alcoholismo v a otras adicciones. Una de los más amplios estudios demuestra que la relación entre fe y salud no distingue edades, sexos, culturas ni nacionalidades. Oración y fe van siempre de Ia mano. El que tiene fe, ora, y el que ora, aumenta su fe. Oración y fe, según los expertos, ejercen una poderosa protección sobre las personas. Asistir a los oficios religiosos propicia el contacto social. Está demostrado que el trato social es un factor clave de la salud y la longevidad. La oración y la fe infunden una esperanza y una seguridad que contrarrestan el estrés, que es uno de los grandes males de nuestra época tan agitada, donde hay tanto activismo que lleva a las personas a vivir fuera de sí, sin detenerse un momento para mirar hacia dentro. «El compromiso con un credo religioso permite afrontar mejor las enfermedades traumáticas, el sufrimiento y pérdida» (Doctor Harol G. Koening). Una investigación canadiense- israelí (Science and Technology News) confirma que la práctica religiosa puede retrasar el Alzeheimer. El Wall Street Journal publicaba que los asistentes a oficios religiosos muestran un 25 % menos de índice de mortalidad. Un estudio realizado en la Universidad de Duke (Carolina del Norte, U.S.A.), publicado en el Journal of Pain, indica que le fe puede ayudar a reducir molestias al que padece dolor crónico asociado a la artritis reumatoide. La oración tiene efectos beneficiosos sobre el cuerpo. Al orar se experimenta la misma disminución de presión arterial y ritmos metabólicos, cardíaco y respiratorio que con la famosa "respuesta de relajación" descrita por el Dr. Herber Benson. Es una realidad innegable que la mayoría de profesionales de la salud opinan que las creencias religiosas pueden favorecer la mejora de la salud corporal v la curación de enfermedades.

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