http://www.es.catholic.net/laicos/466/991/articulo.php?id=48911
Cada diciembre nos abruma, más que el calor humano, la publicidad para gastar dinero en lo que sea. Llega a tal grado la fatuidad de la temporada “navideña” que hasta se olvidan de lo que el mundo festeja: el nacimiento del niño Dios en Belem. Cada vez más, es muy triste constatarlo, la temporada se desliga de su ser para convertirse en periodo de fiestas sin espíritu alguno, de compras y más compras, viajes, vacaciones, descanso y claro, regalos, regalos porque la publicidad abruma: hay que comprar: hay baratas, oportunidades, descuentos ¡crédito! Tan está ajena la temporada de su esencia para mucha gente, que hasta se olvidan de qué se desea, y así, en vez de feliz Navidad y año nuevo, se desean ¡felices fiestas! De acuerdo, pero ¿fiestas de qué? En realidad no está mal que estemos el mundo de fiesta, pero lo que es
inaceptable es ignorar consciente o inconscientemente que se trata de la celebración del nacimiento del Niño Dios, Jesús de Nazaret, no de estar contentos “porque es fin de año” o cenar el 24 y comer juntos el 25 “porque así es”. Y si estamos de fiesta, tampoco está mal que deseemos felicidad, amor, bienestar, larga vida y muchas cosas buenas más. También es bueno adornar casa y calles, obsequiar regalos, pero no porque “se deba” regalar (para no verse mal, claro), sino porque estamos felices. Los regalos son por festejar el nacimiento de Jesús, y aún se hacen, y es correcto, en su nombre, al menos para los niños. Quienes estamos conscientes de qué se trata la temporada navideña, debemos decirlo, debemos estar no simplemente contentos, sino plenamente llenos de real felicidad por un hecho que revolucionó al mundo, cristiano y no cristiano, que partió la historia en dos y nos trajo el mensaje, el evangelio del amor.
¿Que son las ilusiones?
El término ilusión tiene su origen en el latín illusĭo. Se trata de un concepto o una imagen
que surge por la
imaginación o a
través de un engaño de los
sentidos, pero que no tiene verdadera realidad. Vinculada a los
sentidos, una ilusión es una distorsión de la percepción. Puede hablarse
de ilusiones ópticas (las más usuales), ilusiones olfativas, ilusiones
auditivas, ilusiones gustativas o ilusiones táctiles. La ilusión óptica lleva a percibir la realidad de manera
distorsionada a través de la vista. Para la psicología, la ilusión es una esperanza que no
tiene fundamentos. En sentido simbólico, puede decirse que una
ilusión es un espejismo (algo que parece real pero que no lo es): “Tenía la ilusión de solucionar las cosas con ella pero me
di cuenta que es imposible”, “Pensé que podía
ganar la carrera, aunque era sólo una ilusión”. Cabe destacar que
la acepción positiva de ilusión (“Mi ilusión más grande es viajar a Europa para reencontrarme
con mi abuelo”) sólo existe en el idioma español. En otras lenguas, el término siempre está relacionado a aquello que carece de sostén.
Sugieren evitar falsas ilusiones con Santa Claus y los
Reyes Magos
publimetro.com.mx
El académico universitario, Antonio Sánchez Antillón,
consideró que basar la ilusión en la mentira, para el chantaje, no es bueno.
Indicó que chantajear o amenazar a los niños para que se porten bien, pues de
lo contrario Santa Claus o los Reyes Magos no les traerán regalos en Navidad, es un método
común pero que hace evidente la dificultad de los padres para ejercer su
autoridad. El jefe del Departamento de Salud, Psicología y Comunidad del
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores
de Occidente, comentó que todas las sociedades se inventan cuentos, leyendas,
mitos para que los niños se porten bien y puedan educarlos. “Pero yo espero que
estas fiestas no estén envueltas o sostenidas en esas formas en las cuales los
padres no pueden resolver ser obedecidos por los hijos, no puedes delegar tu
autoridad a un si no, no te va a traer nada Santa Claus”, dijo. Añadió que esos
métodos se utilizan en vez de darle un argumento racional que el niño vaya
introyectando respecto a lo que se espera que tenga que hacer para vivir en una sociedad. Reiteró que a veces, precisamente
encubrir bajo la fantasía de que Santa Claus no te va a traer regalo, es por una incapacidad
de la gente que debe de sostener la autoridad, de hacer su función. El
académico agregó que, aunque pueda tratarse de una ilusión para los niños, no
es necesario decirles que existen estos personajes religiosos o fantasiosos,
pues lo importante es, enseñarles el verdadero significado del festejo de la
Navidad.
El consumo en Navidad se vuelve racional y austere
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/12/16/barcelona/1355675897.html
Tras cinco años de creciente crisis económica los hábitos
de consumo en Navidad, una de las épocas más comerciales de la temporada y que
puede llegar a suponer el 70% de los beneficios anuales, se dividen por primera
vez entre dos tipos de consumidor. La figura del comprador impulsivo desaparece
y se impone uno fragmentado, que consume a dos velocidades distintas, pero
siempre golpeado por los efectos de la actual debilidad económica. Según
informa un estudio del Observatorio de Consumo de Esade, esta Navidad un 55% de
la población podrá mantener su consumo navideño y gastará entre 600 y 700 euros
por familia, pero esta vez lo hará de forma más racional y moderada; mientras
que un 25% de las familias no podrán permitirse el consumo navideño y ajustarán
su gasto a unos 300 euros. Ahora las familias esperan la época navideña para
obtener o regalar aquello que es estrictamente necesario, por lo que aparece el
smart shopper o comprador inteligente, una prototipo que busca la calidad y
"trabaja alternativas para poder comprar", tal y como señala un
experto en marketing 'online' y redes sociales. Por otra parte según el estudio
de Esade, esta Navidad la compra de regalos vía on-line será de 1500 millones
de euros, lo que supondrá el 13% del presupuesto de las familias. En este
sentido, se fortalecen los portales de compra colectiva y los outlets on-line,
donde el consumidor puede encontrar productos más económicos. El dispositivo
más utilizado para realizar dicho consumo será el smartphone, que en periodo
navideño podrá aumentar hasta un 20%. Para Gerard Costa, "el pequeño
comercio es el que sufre más con el consumidor inteligente", y añade:
"Se ha acabado la Navidad como consumo y las rebajas como liquidación de
stock".
"Feliz Navidad": eso decía el primer SMS, enviado hace 20 años
En 1992 se mandó el primer mensaje de texto a través de
la operadora Vodafone, en Inglaterra; se calcula que este año se enviarán más
de 9 billones de mensajes en todo el mundo. El primer mensaje de texto a través
de una red celular se envió hace 20 años, el 3 de diciembre de 1992. Lo mandó
el ingeniero Neil Papworth (del Grupo Sema), desde una PC, a su colega Richard
Jarvis, de la operadora Vodafone, en Inglaterra. Jarvis tenía un Orbitel 901,
el primer teléfono celular en ofrecer ese servicio. Papworth (que tenía 22
años) usó una PC porque los celulares de entonces no tenían teléfono
alfanumérico, precisamente porque sólo servían para hacer llamadas. Según
cuenta el propio Papworth, el mensaje navideño a Jarvis -adelantado tres
semanas- era porque sabía que su colega estaba festejando la Navidad en la
oficina. El SMS ya estaba definido por la Asociación GSM, incluyendo su largo
(160 caracteres) que era la cantidad de letras, números y espacios que entraban
en dos líneas y medio de texto escrito en una máquina de escribir y la idea
surgió, pizza de por medio, en la cabeza de Matti Makkonen en 1984. Fue la tarea del alemán Friedhelm Hillebrand y el francés Bernard
Ghillebaert la de definir el estándar para redes GSM (en ese entonces limitadas
a Europa) y encontrar una extensión que permitiera enviar un texto medianamente
completo dentro de las redes ya existentes sin que hubiera que modificarlas.
En Ingles se le llama "Christmas Blues" la melancolía de las
celebraciones.
http://www.lindisima.com/spa/navidad.htm
No estamos hablando de depresión crónica, nos referimos a
la melancolía o tristeza ligera que nos invade en la época navideña. En parte
se debe a la presión de dar regalos (sobre todo en tiempos de mala economía),
asistir a muchas fiestas, vernos bien y excesos de desvelo, bebida y comida.
Con pequeñas actividades podemos superar la melancolía de la navidad y
disfrutar de nuestra familia y amigos. Algunos consejos prácticos: Planifica:
aunque es lindo regalar no hay necesidad de endeudarnos. No vayas a las tiendas
sin prepararte ni tampoco pienses que tienes que gastar para tener el cariño de
las personas. Trata de regalar tu tiempo y dinero si puedes a ayudar. Identifica
una organización y llámalos. Siempre se necesitan voluntarios. Otra alternativa
es organizar una actividad con tus amigos identifica una causa: comida para un
barrio muy pobre, juguetes para los niños en algún hospital, regalos a madres
pobres o personas que sufren enfermedades terminales etc. Planifiquen como
recaudar fondos y manos a la obra. Felices fiestas.
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