“La mayoría de las veces la indiferencia es solo un acto de cobardía”.
EEUU Detienen 245 personas en operación contra explotación sexual infantil
3/1/2013 eltiempo.com
También fueron rescatados 103 niños y niñas, algunos de
apenas dos y tres años de edad. "La explotación sexual de los menores,
especialmente por internet, es algo que ocurre en todo el mundo y en gran
escala", afirmó en una conferencia de prensa el director de la Agencia de
Inmigración y Aduanas de EE.UU., John Morton. El funcionario describió los
resultados de la "Operación Girasol" que condujo al arresto de 222
personas en 46 de los 50 estados de Estados Unidos, y de 23 en otros seis
países. Debido a la naturaleza de los delitos y las edades de las víctimas
Morton se abstuvo de dar más detalles sobre identidades personales y sitios
donde han ocurrido los delitos y los arrestos. En la misma operación las
autoridades identificaron a 123
víctimas, 20 de las cuales son ahora adultos que fueron explotados cuando eran menores de edad, y 110 de esas víctimas se localizaron en 19 estados de la Unión. Entre las víctimas se contaron 70 niñas, y Morton señaló que cinco de las víctimas tenían edades entre dos y tres años, nueve tenían de 4 a 6 años, y 21 tenían de 7 a 9 años de edad. Cuarenta y cuatro de los menores de edad, dijo Morton, fueron "rescatados directamente de sus abusadores, es decir vivían con quienes los explotaban". En el período fiscal 2012 las autoridades identificaron o rescataron a 292 víctimas de explotación en la pornografía infantil, y 1.655 sospechosos fueron arrestados y acusados por este crimen. Desde 2003 las autoridades de EE.UU. han iniciado más de 24.000 casos por explotación de menores para la pornografía, y han arrestado a 8.720 individuos por estos delitos.
¿Que es un abuso sexual?
víctimas, 20 de las cuales son ahora adultos que fueron explotados cuando eran menores de edad, y 110 de esas víctimas se localizaron en 19 estados de la Unión. Entre las víctimas se contaron 70 niñas, y Morton señaló que cinco de las víctimas tenían edades entre dos y tres años, nueve tenían de 4 a 6 años, y 21 tenían de 7 a 9 años de edad. Cuarenta y cuatro de los menores de edad, dijo Morton, fueron "rescatados directamente de sus abusadores, es decir vivían con quienes los explotaban". En el período fiscal 2012 las autoridades identificaron o rescataron a 292 víctimas de explotación en la pornografía infantil, y 1.655 sospechosos fueron arrestados y acusados por este crimen. Desde 2003 las autoridades de EE.UU. han iniciado más de 24.000 casos por explotación de menores para la pornografía, y han arrestado a 8.720 individuos por estos delitos.
¿Que es un abuso sexual?
Toda interrelaccion entre un adulto y un menor que tiene
por objeto la estimulación sexual del propio abusador, del niño o terceros.
Existen diferentes tipos de abuso: A) Sin contacto
físico, incluye mostrar los genitales al niño, pedir que el niño muestre sus
genitales, exponer al niño a material pornográfico, tener conversaciones o
llamadas telefónicas con el niño de contenido sexual, obligar al niño a presenciar
actos sexuales entre adultos, utilizar al niño en la producción de material
pornográfico. B) con contacto físico manoseo o toques con malicia, relación
sexual.
¿Quiénes son los abusadores? De 10 jovenes abusados, 9
fueron por algún conocido o familiar, de las personas abusadas un 52% lo es por
un familiar, 46% por un vecino o conocido y un 2% por un pastor o líder. En
cuanto a la edad del abuso un %77 de las personas abusados lo sufrió antes de
cumplir 12 años, siendo las niñas propensas a ser abusadas antes que los
varones. En cuanto al comportamiento del niño abusado, puede tomar diferentes
actitudes: altera su identidad u orientación sexual; se hipersexualiza, se
vuelve seductor; reacciona negativamente ante todo estimulo sexual,
desarrollando fobias. Otras consecuencias del abuso son una mayor cantidad de
parejas sexuales; problemas sexuales en la vida adulta; inestabilidad
emocional; mayor culpabilidad, esa culpa contribuye al trauma; iniciación
sexual más temprana; aumento de la promiscuidad, desordenes alimenticios,
adicciones, etc.
Mi hijo ha sido abusado
Cuando los padres toman conciencia del abuso, resulta
desgarrador. Pero la forma de reaccionar de los progenitores determinará, y en
mucho, el futuro de su hijo/a abusado/a. Es común reaccionar de manera
pendular, entre dos extremos. Por un lado, están aquellos padres que, tras
escuchar el relato, intentan minimizar el hecho esperando que el niño/a lo
“olvide”. Se oponen tenazmente a que
tome estado público porque creen que eso traumará al menor, cuando en realidad
el trauma ocurrió en el momento del abuso. Tratar de silenciar el hecho agrega
más dolor a la víctima que se siente ahora desamparada. En el otro extremo,
están los padres que se vuelven sobreprotectores, que son dominados por la ansiedad
y la culpa y vivencian el abuso como un error de parte de ellos. Se llenan de
ira, hablan constantemente del abuso y maldicen constantemente al abusador. La
falta de serenidad y sentido común, generalmente agrega trauma sobre la
víctima.
Papá, mamá, después de hacer la denuncia e iniciar el
proceso judicial, no ponga todas sus esperanzas en el resultado del juicio. A
su hijo/a, nadie le va a devolver la inocencia robada. Recuerde que el
denunciar es una muestra de amor, para evitar futuras víctimas en manos de ese
abusador/a. El hecho de que su hijo/a haya hablado respecto de la experiencia
de abuso es un indicador de buen pronóstico, ya que los traumas son menores
cuando, a poco de acaecido el abuso, la verdad sale a la luz. En cambio, si la
víctima guarda el secreto, generalmente las consecuencias son más severas y se
sostienen en el tiempo. El mejor consejo para ustedes es buscar ayuda en dos
planos diferentes: uno, el profesional; otro, el espiritual. A nivel
profesional: Un psicólogo/a podría orientarles en las distintas etapas del
camino que falta por recorrer. A nivel espiritual: Busquen en Dios su socorro;
inclúyanlo en el proceso de restauración. Dios se encargará de su causa,
rectificará sus males y los colmará de bendiciones. Donde parece no haber
futuro Dios abre siempre un camino de esperanza. Permitir que Dios sane el
pasado es una decisión sabia.
¿Qué hacer cuando el abusador es de la propia familia?
Usted es responsable de denunciar el hecho ante la
justicia. En su libro Límites, los Dres. Henry Cloud y John Townsend dicen: “No
es suficiente enfrentar a la persona irresponsable. Ésta no sentirá la
necesidad de cambiar porque su conducta no le causa ninguna molestia. Una
persona irresponsable no siente dolor cuando es confrontada con sus actos, sólo
las consecuencias son dolorosas. Por regla general, primero tienen que sufrir
las consecuencias de sus actos antes de cambiar su comportamiento”. Aunque sea
su familiar, esa persona debe hacerse cargo de las consecuencias de su mal
proceder. No poner límites adecuados, en el momento oportuno y a la persona
apropiada, puede resultar desastroso. En las familias abusivas, se debe poner
distancia física y emocional con el abusador. Finalmente, una mamá que sabe que
su hija ha sido abusada sexualmente por su propio padre, seguramente guardará
rencor, odio y resentimiento. Un paso muy importante es soltar perdón. El
perdón es unilateral y significa librar nuestro corazón del deseo de venganza
(esto no significa evitar la denuncia). El perdón tiene que ver con usted y sus
emociones. Perdonar se refiere al pasado. Hay personas que creen que perdonar
es mantener la convivencia con el abusador. Creen que si se alejan es porque no
han perdonado. Eso no es verdad. Necesitamos perdonar siempre, pero no siempre
logramos la reconciliación. Dios perdonó al mundo, pero no todo el mundo está
reconciliado con él. Basta una persona para perdonar, se precisan dos para la
que se reconcilien. Perdone, pero proteja su corazón y todo cuanto ama, bien
vale el esfuerzo.
Abuso sexual: ¿se debe denunciar?
Después de años de aconsejamiento, hemos sentido la
profunda carga de enseñar la diferencia entre perdón y confianza; entre perdón
y acción.
Para los que somos cristianos, el perdón no es opción.
Perdonar es un ejercicio espiritual que nos hace libres y abre la puerta para
que la bendición de Dios nos alcance. Frente a cualquier agravio, es nuestro
sumo privilegio perdonar. Es liberador, es sanador. Perdonar es soltar el dolor
por la ofensa.
Pero luego de que hemos sufrido una injusticia y hemos
perdonado, el perdón no significa que la confianza se restablece. La confianza
se ha roto.
Veamos un ejemplo: un domingo en la iglesia le roban su
cartera. Al siguiente día se descubre quién fue. Esa persona se arrepiente y
usted lo perdona. El próximo domingo, usted ve a quien le robó. La pregunta
sería: ¿dejaría sus pertenencias como si no hubiera pasado nada? Sería tonto
proceder sin recaudos. Usted otorgó el perdón, pero esa persona rompió la
confianza que usted le tenía. Para restaurar la confianza, el ofensor debe dar
frutos que ameriten que hay un cambio. Lleva tiempo. Lo mismo sucede con la
pareja infiel. El perdón abre la puerta a la restauración, pero sólo es el
primer paso. Quien ofendió debe trabajar y estar dispuesto a rendir cuentas. El
infiel traicionó la confianza, y eso, no se restaura fácilmente. Volviendo al
tema del abuso sexual, cuando se comprueba que fulano de tal abusó, el perdón
no restituye la confianza. Por otra parte, la mayoría de los autores, por no
decir todos los estudios, indican que existe una gran probabilidad de que
vuelva a abusar. Bajo este conocimiento, no puede relacionarse más con niños o
adolescentes, de por vida. Algunos abusadores vuelven a abusar veinte años
después del primer episodio. Si el abuso fue perpetrado por un padre o un
abuelo, el hecho de que se perdone no significa que volvemos a tener la misma
relación. La víctima no es responsable de ese problema familiar, el abusador es
el responsable. Usted puede llegar a una conclusión, según su formación acerca
de por qué lo hace; podemos hablar de falta de perdón, de abuso anterior, etc.
Pero antes que intentar desentrañar una causa que lo explique, protejamos a los
más débiles. Si no se denuncia un abuso, se es cómplice del abusador y, con ese
comportamiento, se le otorga un permiso tácito para que siga abusando. Nos
abstraemos tanto que distanciamos este tema de aquellos que más amamos. Pero,
¿si la próxima víctima fuera su hijo o su nieto? Inclinemos la balanza hacia
los niños que están en desventaja frente al abusador.
Esperanza
para los abusadores.
El abuso sexual es un hecho muy grave. La mayoría de los
abusadores no se arrepienten, lo que determina una alta probabilidad de que
repitan el abuso. Para la minoría que sí quiere cambiar, que reconoce que ha
perpetrado un abuso, quizás muchos años atrás, nos sentimos en la necesidad de
darles esperanza. Las buenas noticias consisten en que, por el hecho de que
Jesucristo murió en la cruz y se levantó de entre los muertos, usted no se
encuentra en una situación irremediable. No pierda más tiempo. Si
nadie sabe, pero usted sabe que esto pasó, arrepiéntase y tome la decisión de
cambiar su forma de vida. Si usted
actualmente está abusando de una persona, sepa que está cometiendo un delito y
un horrendo mal. Dios es el defensor de los niños, niñas y adolescentes
vulnerables. No busque que el cielo se cierre en su contra. Tiene que cambiar y
arrepentirse. ¿Por qué no intenta ponerse en lugar de esa víctima inocente?
Usted abusó de su confianza y de su poder, traicionó de modo vil y en más de un
sentido. El arrepentimiento es el primer paso, pero no el único. Si usted, como
abusador/a, se relaciona de alguna manera con las personas que han sido sus
víctimas, debe pedir perdón. Algunos se escudan diciendo que tal vez la víctima
no se acuerde, pero ¿quién puede olvidar una experiencia de abuso? ¿Quién puede
ser invadido en su intimidad y asumir que es algo ‘normal’? La restitución es
el segundo paso. Por medio de la restitución se trata de subsanar el mal
cometido, haciendo alguna clase de bien por la persona que se ha herido. La
reparación o restitución debe hacerse no a conveniencia del abusador/a, sino de
acuerdo con la necesidad de la víctima. Busque la forma de cumplir con este
principio y ser canal de sanidad para las personas que usted ha dañado. El paso
siguiente es experimentar la restauración. Usted no podrá devolverle a la
persona que abusó lo que le ha quitado, pero puede evitar volver a cometer un
hecho así. Usted es responsable de su restauración. Dios quiere hacer con su
vida una obra nueva, quiere cambiar su futuro y preservar a los niños y niñas
para que usted no vuelva a abusar de ninguno. Dios es lo suficientemente
bondadoso como para perdonar cualquier cosa mala que hayamos cometido, no hay
límites para el perdón de Dios.
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