martes, 29 de mayo de 2012

Rechazo Letal


Advierten riesgo de anorexia y bulimia por seguir modas
La anorexia consiste en dejar de comer por miedo a engordar y se caracteriza por dietas rigurosas y actividad física excesiva que provocan alteraciones emocionales como depresión, irritabilidad y baja autoestima. La anorexia y la bulimia en el país son consecuencia de una vanidad excesiva de moda entre jóvenes de 15 a 23 años, quienes siguen estereotipos impuestos por artistas o modelos sin pensar en lo que significan esos padecimientos, señaló el director del Hospital General de México, Francisco Navarro Reynoso. Detalló que a nivel físico los varones manifiestan impotencia o eyaculación precoz, mientras que las mujeres sufren problemas hormonales y trastornos menstruales. En tanto, la bulimia consiste en ingerir grandes cantidades de alimento seguido de la provocación de vómito, también en el uso de laxantes, lo que ocasiona disminución de los nutrientes como el potasio y el hierro, situación que podría derivar en anemia severa, expuso en un comunicado. Advirtió que la bulimia es más difícil de detectar debido a que los jóvenes se esconden para vomitar, por lo que recomendó estar al pendiente y observar después la frecuencia con que acuden al sanitario después de cada alimento.  "Un adolescente puede comer de forma normal, pero van al baño a vomitar para evitar que el alimento llegue al estómago, los padres  también pueden descubrir laxantes entre sus objetos personales", puntualizó. De acuerdo con Navarro Reynoso, el tratamiento de esos pacientes es multidisciplinario, ya que la falta de alimentos puede dañar varios órganos, acompañado con tratamiento psiquiátrico para lograr una adecuada recuperación.

Estadísticas del Bullying
La violencia entre estudiantes constituye un problema grave en toda América Latina, tanto por su magnitud como por sus consecuencias académicas. Esta es una de las principales conclusiones del trabajo de la UNESCO, desarrollado entre 2009 y 2011. Según se desprende del trabajo, publicado recientemente en la Revista CEPAL de la Comisión Económica para América Latina, el 51,1% de los estudiantes de sexto grado de educación primaria de los 16 países latinoamericanos examinados dicen haber sido víctimas de insultos, amenazas, golpes o robos (bullying) por parte de sus compañeros de escuela durante el mes anterior al que se recogieron los datos. La agresión más frecuente fue el robo (39,4%), seguida de la violencia verbal (26,6%) y la violencia física (16,5%). El estudio constata además que los niños y niñas víctimas de bullying logran un desempeño en lectura y matemáticas significativamente inferior al de quienes no sufren este maltrato. Asimismo, en las aulas que registran más casos de violencia física o verbal, los alumnos muestran peores desempeños que en aquellas con menores episodios de maltrato entre pares. En términos de insultos o amenazas, Argentina es el país que muestra las cifras más altas. Detrás figuran Perú, Costa Rica y Uruguay, donde más del 30% de los alumnos afirman haber sido maltratados verbalmente por algún compañero.

Un adolescente de tan solo 14 años de edad es encontrado muerto en las afueras de su casa, había posteado mensaje a Lady Gaga. Según reporta el Daily Mail, las investigaciones apuntan a que Jamey Rodemeyer de Buffalo cometió suicidio cansado de ser víctima de las burlas de sus compañeros de escuela. Al parecer el joven manifestó en las redes sociales su tristeza por las veces que fue molestado y tildado de homosexual en su centro educativo, la familia y amigos confirman que el suicidio era un tema que tocaba con frecuencia. Jamey posteó algunas líricas de Lady Gaga como un gesto de agradecimiento. No es el primer caso de suicidio en adolescentes que se registra por ser víctimas del bullying, lo triste del caso es que los familiares estaban al tanto de los problemas que vivía Jamey en la escuela pero no pudieron captar a tiempo cuan desesperado estaba. Es importante que los padres estén al tanto de lo que ocurre con los hijos fuera de casa, los niños y los adolescentes son las víctimas más frágiles de este tipo de acoso social. Son tiempos en que las redes sociales se han convertido en un vehículo de manifestación para los muchachos, allí se expresan y liberan sus sentimientos, pero a la vez son una especie de arma de doble filo porque las víctimas se exponen a recibir amenazas y burlas de gente que se escuda en el anonimato. Muchas veces el mensaje que lleva una serie de tv, un artista, un deportista llega más rápido a los niños con problemas de identidad sexual, de sobrepeso, personalidad, etc. Es importante un trabajo conjunto, pero sobre todo hacerles sentir a los hijos que hay confianza suficiente para que cuenten sus problemas y si es posible buscar de inmediato ayuda profesional.

Suicidio en la adolescencia
La problemática del suicidio tiene importante incidencia entre los jóvenes, observándose a la vez una disminución en la edad de los sujetos para las tentativas de suicidio. El suicidio es una de las causas de muerte más frecuente a nivel mundial, con especial incidencia entre la población adolescente. Según datos estadísticos de la OMS se estima que 1100 personas se suicidan cada día. En Europa y América del Norte el suicidio figura entre las 5 y 10 principales causas de muerte. En el Uruguay, según las últimas mediciones, se estima en 1,49 suicidios consumados por día y entre 10 y 15 intentos diarios de auto eliminación. El acontecimiento del suicidio y el parasuicidio adquiere características particulares en la etapa de la adolescencia y por extensión se mantienen durante el período que llamamos primera juventud. Este período lo establecemos entre los diecisiete y los veintidós años. La adolescencia proporciona perfiles particulares para la construcción de ecuaciones conductuales de riesgo suicida, quizás como ninguna otra etapa en la vida de la persona. La conjugación de una corta experiencia de vida, la presión social que los empuja a crecer, poniéndole cada vez más responsabilidades a su paso, sumado al temor ante sus propias capacidades y la generación de una imagen ante sus pares, establecen un amplio menú de variables que pueden facilitar el acontecimiento suicida. Muchas veces la inseguridad que siente en el seno familiar, se conjuga con la inseguridad en su propia persona, la que, al ir generando nuevas pautas de vida, no le otorgan garantías de éxito o acierto, reforzando los temores hacia el rechazo y el fracaso. A estos temores, si la conflictiva familiar es grave, se le suma el miedo al abandono y la soledad. Lo que el joven crea de sí mismo, marcará la diferencia ante los problemas, desafíos y decisiones que deba afrontar, haciendo la diferencia esencial a la hora del manejo o no de ideaciones de auto eliminación. Entre los adolescentes la conclusión suicida suele tener características más de tipo impulsivas que planificadas. En la adolescencia los pensamientos relacionados al fracaso para adaptarse, los lleva conjuntamente con la despreocupación imprudente de su seguridad, a pensamientos tales como “ no sirvo para nada y para nadie”, “nunca lograré nada en esta vida porque no soy parte de ella”, “los demás no me entienden por más que haga lo que haga”, “la vida es así y nadie sirve para nada”, “todo es una porquería, así que yo no puedo ser un estúpido para que me pasen por encima”, “no hay nada que hacer, todo es así y seguirá de la misma forma porque a nadie le conviene cambiar nada”. El mecanismo de ansiedad-miedo, los eventos estresantes donde ellos mismos se involucran, el abuso de sustancias y los cambios de estado de ánimo repentinos; la euforia que los estimula para cometer actos trasgresores, facilita la aparición de ideaciones suicidas recurrentes.

Sintomas respecto a potencial suicida
Hemos podido detectar, según estudios realizados la dificultad que jóvenes presentan para descubrir los pensamientos automáticos que surgen en ellos y la vivencia, por parte de estos de no poseer ningún tipo de control de sus emociones. Esto es causante de sentimientos de ansiedad, debido a mensajes específicos, que parecen taquigrafiados compuestos por pocas palabras y esenciales. En algunos casos la recurrencia de una sola palabra o imagen que el joven siente que entra en su cabeza, como ellos mismos manifiestan y no pueden desprenderse de ella. Estos pensamientos que el joven vive como espontáneos, entran en él de golpe, en forma impetuosa. Los jóvenes generalmente verbalizan esta sensación como localizada en el estómago, un dolor “raro”, conjuntamente con una imagen de vacío y oscuridad. El deseo, por parte del joven en ese instante es desprenderse de ese dolor, mediante algo rápido que desplace esos pensamientos perturbadores. En algunas oportunidades, cuando se les pide que visualicen la imagen, comentan que los “fantasmas”, haciendo referencia a los pensamientos automáticos; no le permiten elegir en ese momento que pensar. Perciben este mecanismo, como alguien o algo que en forma externa a ellos dirige esos “misiles”, sin posibilidad de ser desviados. El estrés que significa la sensación reiterada de no tener control sobre este mecanismo, trae consigo la sensación de estar dominado y no tener ni deseos ni motivaciones propias. El joven desea hablar, tener un tiempo para expresarse, debido a que en ese tiempo puede lograr no sentir lo desagradable de la sensación de temor, vacío e ira. Para salir o evitar esta situación, generalmente cae en un episodio depresivo que a su vez genera nuevas sensaciones desagradables que para salir de ella, encuentra el camino del alcohol, la droga, etc. Sienten que no pueden funcionar ni solos ni acompañados. Surgen los comportamientos autodestructivos como forma de salida de este estado que vivencian de dominio. Se muestran como si no disfrutaran de nada, menos aún de las cosas sencillas. No se permiten reconocer que pueden estar equivocados en los más mínimo y son altamente autodestructivos en cuanto a cómo se juzgan a así mismo, no en una actitud “pobre de mí”, sino orientada hacia posturas de mayor auto agresividad. Existe una importante necesidad de adjudicarse culpas. Se atormentan continuamente con la vida propia, complicando los pequeños detalles y con la vida ajena siendo jueces implacables, haciendo continuas personalizaciones con tendencia narcisista auto flagelante. No pueden estar solos consigo mismo, tratan continuamente de evitarse y de evitar cualquier acercamiento de otra persona, especialmente si existe algún tipo de lazo afectivo. Actúan muchas veces como “efecto resorte”, impulsándose frenéticamente hacia el lado contrario ante cualquier aproximación física que pueda ser interpretada como afectiva. En este momento comienza a configurarse la ideación suicida que, quizá no nueva, perteneció a su bagaje cognitivo algunas veces como juego, como una fantasía manipulativa e incluso no pocas veces como un “dicho”, “una forma de hablar”, por ejemplo frases como “me quise morir” “Si me pasa eso me muero”, “Antes de vivir tal cosa prefiero morirme”. El juego fantasioso con la muerte comienza a crecer como alternativa, participando luego en la conclusión de lo que ha dado en llamarse “la trilogía del suicida”. Las pautas que la integran son : a) la visión negativa de sí mismo, b) la visión o interpretación negativa del ambiente y c) la visión negativa del futuro. Cuando estos tres elementos se dan conjuntamente y con intensidad, estamos ante una configuración suicida.  En la motivación del joven no aparece la intención de matarse sino fundamentalmente la de “terminar” con el problema, “me mato y termino con todo”, “desaparezco y termina todo”, etc..

Nuevas drogas: las socioadicciones
En nuestra sociedad está emergiendo este nuevo tipo de adicción que no es más que el producto de la generalización en el uso de las tecnologías de la comunicación y de la información y aunque fueron diseñadas para cumplir ciertas funciones, afectan a la voluntad de control facilitando la conducta adictiva y pueden llegar a interferir de manera negativa en la vida personal y social del sujeto que la padece. Chatear por internet, “engancharse” a los videojuegos o enviar mensajes SMS son consideradas como simple distracciones o simples actividades de ocio con las que relacionarse y comunicarse que pueden derivar en adicción. Todas las personas pueden verse afectadas por una socioadicción, aunque se ha detectado una mayor vulnerabilidad o predisposición en momentos difíciles de la vida, momentos de crisis, de inestabilidad emocional, laboral o profesional y delante de la presencia de cuadros psicopatológicos como la depresión, alteraciones emocionales, alteraciones de la imagen corporal, trastornos de la personalidad, ansiedad, etc. Otras características individuales que predisponen a padecer estos trastornos son las situaciones de soledad, la inmadurez, las personalidades inestables, la baja autoestima y una situación de inadaptación social o familiar. Existen además unos factores ambientales que también predisponen a desarrollar estas adicciones sociales: el aprendizaje de modelos de conducta en la familia o en los compañeros, el acceso a la actividad relacionada con la adicción, la frecuencia con la que se realiza y el propio potencial adictivo del objeto de la adicción. Francisco Alonso-Fernández, presidente de la Asociación Europea de Psiquiatría Social, señala que los problemas aparecen cuando “existe una absoluta necesidad de desarrollar esa actividad y se experimenta ansiedad si no se lleva a cabo”. Otros cambios que se dan en la conducta de la persona que padece algún tipo de socioadicción : la tendencia a aislarse socialmente, el abandono de las actividades habituales que impliquen relacionarse socialmente, la irritabilidad y agresividad si no se puede dar la conducta adictiva y la falta de control delante de la misma. El mismo autor, indica que son trastornos que acostumbran a permanecer camuflados durante largo tiempo, incluso para el propio paciente y acostumbran a tener frecuentes recaídas.




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