Frases
“Haced lo que teméis y el temor
morirá”. Jiddu Krishnamurti.
“El hombre que se levanta es aún
más fuerte que el que no ha caído”. Víktor Frankl
“Los pilotos hábiles consiguen su
reputación en las tormentas y las tempestades” Epicuro
“No puede impedirse el viento,
pero pueden construirse molinos”.
Proverbio Holandés
El poder de la resiliencia
http://www.lanacion.com.ar/1354898-el-poder-de-la-resiliencia
Se puede andar por la vida más
liviano sabiendo que existe la posibilidad de superar, incluso, hasta el evento
más doloroso. Más allá de las circunstancias traumáticas a las que podemos
llegar a estar expuestos por el solo hecho de ser mortales, cada día el mundo
nos expone sin red a situaciones poco deseables, pero es posible sobrevivirlas.
Los 33 mineros fueron rescatados después de haber sobrevivido 70 días bajo
tierra. Más allá del plan de rescate, sus fortalezas y capacidades individuales
les permitieron estar vivos para subirse a la cápsula que los devolvió a la
superficie. "El término resilient se introdujo oportunamente al idioma
inglés y, en el ámbito de la física, alude a la capacidad que tienen algunos
metales de recuperar su estructura luego de una deformación". Así como los
metales más rígidos, el hombre tiene la posibilidad de recuperar su estado,
aunque, claro está, algo habrá cambiado. Pocos podrán volver a la versión
original. Nuestra vida suele ser una sucesión de adaptaciones producto de cada
experiencia. Una situación traumática modifica la vida de una persona, pero,
con el mayor de los respetos que merece cada dolor, es importante que podamos
destacar esta idea de que siempre hay tiempo para reconstruir y salir
fortalecido. Las personas suelen resistir los embates de la vida con
insospechada fortaleza. A muchos puede
sorprender este dato: "La mayoría de la gente que sufre una pérdida
irreparable no se deprime", certifica la psiquiatra, para quien "el
ser humano tiene una gran capacidad para encontrar sentido a las experiencias
más terribles". Es que no se trata de minimizar el dolor de las
experiencias traumáticas, sino de entender que hay otras formas de curar las
heridas. Así como es bueno saber que la resiliencia está ahí, esperando activarse
ante un episodio doloroso, es bueno tener en claro que hay salvavidas, redes de
contención y apoyo, para salir a flote y volver a empezar.
Resiliencia, un recurso para la salud
http://www.sld.cu/saludvida/psicologia/temas.php?idv=6076
En los últimos años ha
prevalecido, la comprensión del papel de los factores psicológicos y sociales
en el proceso salud enfermedad, una óptica más optimista. De esta manera, el
concepto de resiliencia desafía concepciones fatalistas precedentes como que
las adversidades tienen necesariamente efectos devastadores sobre las personas,
y que quienes logran vencerlas salen lacerados, endurecidos, resentidos y
desconfiados por el amargo episodio pasado, lo que les impedirá en el futuro
ser personas que confíen. Es cierto que
las grandes adversidades, que las personas ni desearon ni provocaron
intencionalmente, lastiman y laceran al ser humano. A nadie le causa alegría y
satisfacción tener una enfermedad crónica invalidante o con riesgo para la
vida, perder todos sus bienes en un desastre natural, romper con una pareja con
la que se habían hecho importantes proyectos de vida o perder –por enfermedad,
emigración o cualquier otra razón– a un ser querido. Pero todos estos, y otros
más, son episodios que inevitablemente ocurren en la vida de cualquier persona
común y corriente, aunque ninguna lo desee. Humanamente, todo el que ha estado
expuesto a este tipo de acontecimientos ha pagado una alta dosis de
sufrimiento, malestar, tristeza o angustia, si no ¡no fuera humano! Por ello, al
hablar de ser resiliente no se les pide a las personas una desimplicación
emocional, por el contrario, se les “legaliza” la expresión de los lógicos
sentimientos que acompañan a las situaciones dolorosas. Sencillamente se les está convocando a
¡seguir viviendo! y no a seguir simplemente existiendo, como si el mundo
hubiese cesado de girar. No es tarea simple ser resiliente, pero es válido
intentarlo no sólo por el bienestar propio, sino también por el de aquellos que
nos rodean.
La fe y la oración, marcaron el rescate de los 33 mineros de Chile
http://www.arcauniversal.com.ar/la-fe-y-la-oracion-marcaron-el-rescate-de-los-33-mineros-de-chile
El 13 de octubre del 2010, los
ojos de miles de personas del mundo entero estaban observando únicamente a
Chile. Por la TV, todos seguían atentos el dramático rescate de los 33 mineros
que quedaron enterrados durante 69 días, en la mina San José, en el desierto de
Atacama, 700 metros bajo tierra.
Algunos de los hechos que
marcaron el detrás de escena de esta historia, ignorados por la gran prensa, se
describen en un libro lanzado recientemente. Se trata de los relatos personales
del pastor Carlos Parra Díaz , elegido como capellán del “Campamento Esperanza”
– que le da nombre a la obra –, movimiento que ofreció apoyo espiritual a las
familias de los trabajadores enterrados. “Es difícil negar que la oración, la
fe y la intervención divina ejercieron
un papel tan importante en la supervivencia y salvataje de los 33 mineros
enterrados, como la extraordinaria habilidad científica de los técnicos y la
implacable determinación de los equipos de rescate”, destaca el pastor.
Él afirma que aunque el drama
repercutió en los periódicos del mundo entero y haya llegado a ser seguido por
billones de personas en todo el planeta, pocos tuvieron el privilegio de ver
los pequeños y los grandes milagros de esta historia – como el hecho de que
hubiera una roca favorablemente posicionada en el camino para el equipo de
perforación. “Muchas personas no se limitaban a seguir las noticias; siguieron
el día a día, también orando. Y sus oraciones fueron escuchadas. Finalmente,
los 33 mineros emergieron de la profundidad de la mina de San José y sus
testimonios no dejaron dudas de que había alguien más entre ellos – una
presencia divina”, señala Díaz. Durante los días que estuvo ofreciendo
acompañamiento espiritual a las familias de los mineros, el pastor consiguió un
permiso para ayudar a los hombres enterrados para que no perdieran la fe,
enviando una Biblia Sagrada para cada uno, como parte del kit de sobrevivencia.
Uno de los mineros rescatados,
después de haber restablecido el contacto con la superficie, pero antes que
fuera sacado definitivamente, declaró: “Aquí somos 34, porque Dios nunca nos
abandonó.”
La tragedia de los Andes: Un milagro de fe y de coraje
http://www.interrogantes.net/La-tragedia-de-los-Andes-Un-milagro-de-fe-y-de-coraje/menu-id-23.html
Fernando Parrado es uno de los 16
supervivientes de la tragedia aérea de los Andes que se produjo hace ahora
treinta años, en octubre de 1972. Nando –como se le conoce comúnmente–, vivió
una de las tragedias aéreas más famosas de la historia: la caída de un avión de
la Fuerza Aérea Uruguaya sobre las montañas de los Andes, entre Argentina y
Chile, en octubre de 1972. Llevaba a los jugadores del "Old
Christians" –un equipo de rugby de un colegio de Montevideo– a un partido
en Santiago de Chile. Nando era uno de ellos, y había invitado a su madre y a
su hermana menor a que viajaran con él. Después de pasar una noche en Mendoza
(Argentina) –no cruzaron los Andes en el momento previsto a causa de las
condiciones meteorológicas desfavorables–, el avión emprendió camino al día
siguiente temprano. Pero el piloto no calculó bien su posición, y el avión se
estrelló, dejando la cola por un lado, las alas por otro, y el resto fuselaje
en un valle de nieve y piedra, desde donde se veían solamente los picos nevados
de las montañas que rodeaban el lugar del accidente. Durante 72 días tuvieron
que luchar contra temperaturas que por la noche bajaban de los 40 grados bajo
cero, contra el hambre y la sed, contra el hacinamiento y también contra un
hastío y un aburrimiento mortal, en la cima de una de las montañas más altas e
inhóspitas del mundo. Lograron sobrevivir con todas las probabilidades jugando
en su contra. Y en gran medida lo lograron gracias a que dos de ellos se
jugaron la vida escalando montañas que hasta los alpinistas profesionales
consideran una proeza. Sin equipo, sin fuerzas, sin alimentos –salvo la carne
humana que llevaban en un improvisado maletín, la única fuente de alimento
durante todos esos días en la montaña– y con muy poca protección contra el
frío, esos dos jóvenes de 21 años emprendieron una travesía de diez días hasta
lograr contactar con otros seres humanos. Gracias a ellos se pudo rescatar a
los otros 14 supervivientes que habían quedado esperando arriba, en lo que se
conoce como el Valle de las Lágrimas. El Valle sigue ahora igual que hace 40
años, salvo por una pequeña cruz de hierro que se levanta sobre un improvisado
altar de piedra bajo el cual están enterradas algunas de las personas que no
sobrevivieron al accidente. "Una de las lecciones que aprendí tuvo que
ver, sobre todo, con la toma de decisiones", dice Nando. Aprendió que
aunque las decisiones tomadas democráticamente funcionan, llega un momento en
que alguien tiene que liderar, porque no siempre es fácil poner de acuerdo a un
grupo de personas sobre la forma de actuar. "No siempre el que está
apuntado como líder es realmente líder. Cada uno es líder por sus acciones, y allí,
con el tiempo, los líderes fueron cambiando por sus acciones. "El objetivo
nuestro era sobrevivir… todo el instinto, toda la fuerza, la inteligencia, el
trabajo en equipo, se puso en un solo objetivo: salir de ahí por nosotros
mismos, porque oímos por la radio que nadie nos iba a rescatar. En mi caso,
sabía que tenía que conservar mis energías hasta el verano (el avión se
estrelló en octubre, en pleno invierno en el hemisferio sur) porque no podíamos
intentar salir de ahí antes por el frío, pues te hundes en la nieve hasta la
cintura. Yo decía: si me pongo triste y lloro, voy a perder sal por mis
lágrimas. O sea, no puedo permitirme el lujo de perder esa energía".
Testimonios de la vivencia en la montaña
Roberto Canessa: –¿Has tenido
pesadillas después de esto?
–Nunca las tuve. El problema se
superó en la montaña. El verdadero problema es el temor a la muerte, poder
convivir con la muerte, ver muertos continuamente. Piensas que tú, que estás
vivo, te estás sirviendo de otro que está muerto. Es decir, que si somos
iguales, pero yo estoy vivo y el otro está muerto, mañana quizás yo esté igual
que él. Ese temor a la muerte, como a algo desconocido, es lo que aterra a la
gente. –¿Y a ti? –Estábamos tan acostumbrados a la idea de morirnos que no
teníamos ese problema. Te acostumbras a tenerla tan vecina que lo inexplicable
pasa a ser otra cosa. La montaña siempre estuvo allí. Ella me dejó salir. Con
eso estoy contento. Allá arriba me preguntaba continuamente: "Pucha, ¿cómo
voy a poder salir de acá?" y siempre me respondía a mí mismo: "Tengo
a Dios, que es mi amigo, y él es el dueño de la montaña".
Fernando Parrado: –¿Qué descubrió
a partir del milagro de los Andes?
–Siempre digo que allá arriba
tomé la decisión más importante de mi vida en treinta segundos. Estábamos en la
expedición con Roberto Canessa, desde hacía días caminábamos para tratar de
llegar a algún lado pero lo único que veíamos era nieve y montañas. Todo el
tiempo, nieve y montañas cada vez más altas. En una de las escaladas llegamos
hasta una cumbre convencidos de que del otro lado encontraríamos algo que no
fuera blanco, esperábamos ver algo que nos diera una mínima esperanza. Subimos
hasta lo más alto, levantamos la cabeza y en lugar de ver un valle verde, nos
dimos cuenta de que seguíamos en el medio de la nada. Para donde miráramos
había nieve y picos de montañas. En ese momento yo elegí cómo morir, me paré
frente a Roberto y le dije: "O nos quedamos acá y nos morimos mirándonos a
los ojos, o nos morirnos caminando. Yo quiero morirme luchando". Y por eso
seguimos caminando, y por eso nos salvamos. Esa fue la decisión más importante
que tomé en mi vida: cómo morir.
–O cómo vivir... –Es verdad, ese
día decidí cómo vivir.
Los beneficios de la adversidad
Tomado de “El lado positivo del
fracaso” Jhon Maxwell
La sicóloga Dra. Joyce Brothers
afirma: «La persona interesada en triunfar tiene que aprender a ver el fracaso como una parte
saludable e inevitable del proceso de llegar a la cumbre». La adversidad y el fracaso que a
menudo vienen como consecuencia, son cosas
que deben esperarse que ocurran en el proceso de alcanzar el éxito y
deberían tomarse como partes
absolutamente críticas de este. Realmente, los beneficios de la adversidad
son muchos. 1. La adversidad crea resistencia: Nada en la
vida alimenta más la resistencia como la adversidad y el fracaso. Un estudio
escrito en la revista Time a mediados de
los años ochenta describe la increíble resistencia de un grupo de personas que perdieron sus
trabajos tres veces por el cierre de las plantas. Los sicólogos esperaban que se desalentaran, pero
al contrario, se veían
sorprendentemente optimistas. Su
adversidad había desarrollado en ellos una ventaja. Debido a que ya habían
perdido un trabajo y habían encontrado uno
nuevo a lo menos dos veces, estaban mejor preparados para manejar la adversidad que
otros que habían trabajado solo para una compañía y ahora eran despedidos. 2.
La adversidad desarrolla madurez
La adversidad puede hacer de
usted a alguien mejor si no deja que lo amargue. ¿Por qué? Porque la adversidad
promueve sabiduría y madurez. Si el mundo sigue cambiando a un ritmo cada vez
más rápido, la madurez con flexibilidad
llegará a ser algo muy importante. Los problemas que enfrentamos y sobre los
cuales vencemos preparan nuestros corazones para dificultades futuras. Mientras
una persona no aprenda por experiencia que puede sobrevivir a la
adversidad, no querrá ir contra la
tradición, ampliar el marco del
rendimiento de la organización o
desafiar sus límites físicos. El fracaso impulsa a una persona a
reconsiderar el status quo. La
adversidad provee mayores oportunidades
Yo creo que eliminando los problemas se
limita nuestro potencial. La adversidad lleva a la innovación. La
capacidad de innovar está en el corazón de la creatividad, un componente vital
para el éxito. La persona común y
corriente comete un error y automáticamente piensa que es un fracaso. Pero algunas de las grandes
historias de éxitos pueden encontrarse en los
beneficios inesperados de los
errores. Por ejemplo, muchos están familiarizados con la historia de Edison y el fonógrafo. Él lo
descubrió mientras trataba de inventar algo
completamente diferente. ¿Pero sabía usted que las hojuelas de maíz
(Corn Flakes de Kellogg) fue el
resultado de que a alguien se le quedó
una olla con maíz hirviendo toda la noche? ¿O que el jabón Ivory flota porque
una cantidad de él se dejó en la mezcla por demasiado tiempo lo que significó
que absorbió un volumen de aire fuera de lo común? ¿O que las toallas de papel
Scott nacieron cuando una máquina de papel higiénico puso demasiadas hojas de
papel juntas? La adversidad motiva Si usted puede superar las circunstancias
negativas que debe enfrentar, podrá descubrir sus beneficios. Esto es así en
casi todos los casos. Usted simplemente tiene que estar dispuesto a esperarlos, y no tomar la adversidad en forma tan personal.