Según ONU, legalizar la marihuana es "decepcionante"
26/6/2012 elpais.com.uy
Naciones Unidas criticó públicamente la iniciativa del gobierno para legalizar la venta de marihuana. Hoy fue presentado el informe anual de la agencia de la ONU a cargo de la lucha contra los estupefacientes. Su director Yuri Fedotov, calificó de "decepcionante" el proyecto de Uruguay de legalizar la marihuana. Consultado por la iniciativa presentada por el gobierno Fedotov respondió que "si se confirma, se trataría de un cambio decepcionante". Para él, "el cánnabis no es una droga tan inocente como algunos nos lo quisieran hacer creer. Según informes médicos, produce cambios irreversibles a nivel cerebral", agregó. La semana pasada el gobierno presentó un paquete de medidas para mejorar la seguridad en el país. En el mismo se incluye el aumento de las penas a menores infractores, la creación de un fondo para la reparación de víctimas, y la limitación de la emisión de imágenes violentas en los informativos, entre otras. La más polémica de estas medidas es la legalización regulada y controlada del consumo de marihuana. Como informará EL PAÍS, de prosperar este proyecto Uruguay estaría violando una convención de Naciones Unidas de 1988 contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas. De acuerdo al informe presentado hoy, unas 200.000 personas al año mueren por consumir drogas ilícitas. "La heroína, la cocaína y otras drogas siguen matando alrededor de 200.000 personas al año, haciendo pedazos familias y propiciando la inseguridad y la propagación del VIH", indicó Fedotov. Según el informe, la producción global y el consumo de drogas ilícitas se mantuvieron relativamente estables el año pasado. El cánnabis fue la droga más consumida, con unos 224 millones de consumidores en todo el mundo.
El Gobierno uruguayo plantará en septiembre sus cultivos de marihuana
25/6/2012 elmundo.es
El Gobierno de Uruguay prevé comenzar a plantar marihuana en septiembre tras la aprobación de la ley que regulará la producción y venta de cannabis, según informaron fuentes oficiales. La cosecha de marihuana se realiza seis meses después de plantada, por lo que estaría lista para comienzos del año próximo.
"Regulando de la forma que estamos proponiendo el mercado de la marihuana, vamos a lograr horadar el desarrollo a futuro del mercado de otras drogas", dijo el secretario general de la Junta Nacional de Drogas, Julio Calzada. La normativa deberá ser aprobada por el Parlamento, donde el gobernante Frente Amplio tiene mayoría en ambas cámaras. El Estado descartó estar montando una red para comercializar la droga y dijo que canalizará la distribución mediante comercios privados controlados."La idea central del Poder Ejecutivo es que el Estado tenga una fuerte presencia en la regulación de la producción. Inicialmente nos inclinamos por una regulación y producción en el ámbito propio del Estado", dijo el funcionario. Uruguay prevé imponer un consumo máximo de 30 gramos mensuales por persona, a través de un registro que buscará evitar el "narcoturismo" y el mercado negro. "La idea es que solo se le venda a nacionales, algo por lo que Holanda ha desandado parte de su camino después de muchos años de dificultades con países de su región", expresó Calzada. En Uruguay existen unas 75.000 personas que consumen marihuana al menos una vez al mes y el Gobierno estima que deberá producir 27.000 kilos cada año, algo que hará en un espacio de unas cien hectáreas que aún no se ha dado a conocer. Calzada agregó que la regulación permitirá controlar la calidad de la droga consumida, algo que no es posible realizar actualmente. La diputada Ana Lía Piñeyrúa, del derechista Partido Nacional, dijo a Reuters que existen "enormes dudas de cómo se va a instrumentar" la legalización."La sola idea a nosotros, y a mí en particular, me provoca rechazo. No soy partidaria de liberalizar la comercialización porque si no hemos podido controlar otras cosas, menos vamos a poder controlar esto", dijo.
La marihuana y la pasta base marearon al gobierno y el gobierno mareó con ellas
21/6/2012 elobservador.com.uy
Ninguno de los expertos gubernamentales en el tema drogas fue consultado antes de anunciar la legalización del cannabis. El secretario de la Presidencia, Alberto Breccia, reclamó a los medios tener en cuenta todo el documento emitido por el gobierno en materia de seguridad y no solo propuestas aisladas. Sabiendo que sería el anuncio que más polémica causaría, al gobierno le molesta que los medios y buena parte del debate público se centre en la idea de que el Estado produzca y venda marihuana. Más allá de si esto tiene alguna relación con la inseguridad que se vive en el país, no es menor la forma en que se procesó internamente tan sorprendente planteo, como otros vinculados a la pasta base de cocaína. Las principales autoridades del Ministerio del Interior que tienen experiencia en el tema drogas, Julio Calzada, el actual titular de la Dirección de Drogas, Julio Guarteche, director nacional de Policía y por años jefe de la Brigada Antidrogas, Mario Layera, actual titular de la Brigada Antidrogas, y los principales asesores de casi todos los organismos que están dedicados a la prevención y represión del consumo de estupefacientes, se enteraron por la prensa de esta innovadora medida. Con quién consultaron su pertinencia el presidente y los ministros, sigue siendo un misterio, pero en la conferencia de prensa mostraron un desconocimiento brutal del asunto o directamente mintieron para salir del paso. El titular del Mides, Daniel Olesker, dijo que hay países incluso de la región que ya iniciaron el camino de “separar los mercados” de la marihuana del resto de otras drogas. Una falsedad que no se sostiene en la realidad. Nadie hizo ni está haciendo eso. El gobierno tendrá que salir a rever convenios internacionales firmados en materia de drogas y deberá elaborar medidas de control que trascienden ampliamente la ya complicada tarea de producir y vender esta droga, como tener que empezar a realizar exámenes de orina a los conductores para saber si están manejando bajo los efectos de una sustancia que ahora será legal, como el alcohol, que es controlado vía espirometría. Este es apenas un ejemplo de las decenas de regulaciones que el Estado deberá aplicar antes de dar un paso que, para algunos de los expertos que el gobierno no consultó, es algo casi impracticable. Por otra parte, ¿en qué quedó la idea de Mujica de internar compulsivamente a los consumidores de pasta base? Fuentes del gobierno dicen que se bajó a último momento. Todo muy a las apuradas, todo muy improvisado.Como contrapartida, el gobierno enterró la idea de habilitar el cultivo personal, una propuesta que había sido impulsada y defendida por la propia bancada de legisladores frenteamplistas que, es de imaginar, tampoco debe haber sido consultada antes de lanzar al aire esta medida con ribetes de guitarreada.
Guillermo Castro habló de los efectos de la marihuana
24/6/2012 teledoce.com
El psiquiatra especialista en el
tratamiento de adictos advirtió que la marihuana no es una droga blanda, dijo
que es más cancerígena que el tabaco y sostuvo que genera varios trastornos
psiquiátricos. "La peligrosidad es la misma que la pasta base, es 17 veces
más cancerígena que el tabaco, produce síntomas psiquiátricos graves,
desórdenes por ansiedad, trastornos por pánico, depresión mayor en el uso
crónico, todo fumador de marihuana en un 80% desarrollará un cuadro afectivo
mayor" explicó Castro.
Los efectos dañinos de la marihuana
Los efectos inmediatos al fumar marihuana incluyen taquicardia, desorientación, falta de coordinación física, a menudo seguidos por depresión o somnolencia. Algunos consumidores sufren ataques de pánico o ansiedad. Pero el problema no acaba aquí. De acuerdo a estudios científicos, el ingrediente activo del cannabis, THC, permanece en el cuerpo durante semanas o incluso más tiempo.
El humo de la marihuana contiene del 50% al 70% más sustancias que causan cáncer que el humo del tabaco. Un estudio de investigación importante informó que un porro de cannabis puede causar el mismo daño a los pulmones que cinco cigarrillos fumados uno detrás del otro. Los fumadores de porros de toda la vida a menudo sufren de bronquitis, una inflamación del tracto respiratorio.
Estudios en Australia durante el 2008, han asociado el uso frecuente y prolongado de marihuana con anormalidades en el cerebro. Esto está respaldado por una investigación anterior sobre los efectos a largo plazo de la marihuana, lo cual indica que hay cambios en el cerebro, similares a aquellos causados por el consumo prolongado de otras drogas más importantes. Y varios estudios han mostrado la conexión entre el uso continuo de la marihuana y la psicosis.
La marihuana cambia la estructura de las células del esperma, deformándolas. Además, pequeñas cantidades de marihuana pueden causar esterilidad temporal en el hombre. Los estudios demuestran que las funciones mentales de personas que han fumado gran cantidad de marihuana tienden a disminuir. El THC del cannabis afecta las células nerviosas del cerebro, lo que a su vez afecta a la memoria. El cannabis es una de las pocas drogas que causan la división anormal de la célula, lo cual conduce a graves defectos hereditarios. Una mujer embarazada que fuma regularmente marihuana o hachís puede dar a luz prematuramente un bebé de menor tamaño y con menos peso de lo normal. En los pasados 10 años, muchos hijos de adictos a la marihuana han nacido con una iniciativa reducida y capacidades disminuidas en cuanto a concentrarse y dedicarse al logro de las metas en la vida. Los estudios también sugieren que el consumo prenatal de la droga puede resultar en defectos de nacimiento, anormalidades mentales y un mayor riesgo de leucemia en los niños.
Terapia con cannabis: ¿alivia o atonta?
Los beneficios del cannabis contra varios síntomas de la esclerosis múltiple podrían verse oscurecidos por un efecto secundario que hasta ahora había pasado inadvertido para la literatura científica: esta sustancia, componente activo de la marihuana y el hachís, puede deteriorar significativamente las capacidades intelectuales. Un nuevo estudio, realizado en la Universidad de Toronto en Ontario (Canadá) y publicado en la revista 'Neurology', ha determinado la diferente evolución cognitiva a lo largo de años de dos grupos de pacientes con esclerosis múltiple. Uno de ellos estaba formado por personas de diversa clase, edad y condición que tomaban habitualmente cannabis para aliviar sus síntomas.El otro grupo era, en todos los aspectos -educación, cociente intelectual...-, equivalente al primero, sólo que sus componentes no consumían esta sustancia. El empleo de la marihuana entre los voluntarios que consumían esta sustancia se había prolongado durante un promedio de 26 años, en dosis diarias en el 72% de los pacientes. Tras someter a ambos grupos a pruebas de inteligencia, los usuarios de cannabis arrojaron resultados significativamente peores en capacidad de atención, velocidad de pensamiento, percepción espacial o función ejecutiva. Globalmente, los consumidores de cannabis presentaron el doble de probabilidades de ser clasificados como individuos con deterioro de sus capacidades cognitivas."Dado que entre un 40% y un 60% de los pacientes con esclerosis múltiple tiene problemas de partida en su función cognitiva, cualquier droga que pueda sumarse a esta carga es un motivo de preocupación", argumenta Anthony Feinstein, médico del Centro de Salud Sunnybrook, en Toronto, además de profesor en la citada universidad. El empleo de marihuana y cannabis con fines terapéuticos ha sido tradicionalmente reivindicado por pacientes con ésta y otras enfermedades.
Un tema de fondo
Extraido de “Una amiga peligrosa” de Gerardo Amarilla
Desde mi punto de vista la posición más desafiante, la que nos obligó a posicionarnos con mayor resolución, fue sin duda la participación en la Comisión de Adicciones del sociólogo Rafael Bayce. Es así que Bayce señala: “nosotros somos herederos de una conceptualización grecorromana y de una moral judeocristiana. Esas dos vertientes hacen explicables el horror a los estados producidos por determinadas sustancias. Hablando bien en profundidad el tema drogas refiere, en gran medida, a este sistema de valores que tiene treinta siglos y que hemos absorbido generación a generación y de manera sólida”. Es cierto que hay un sistema de valores y parece también cierto que hay quienes pretenden destruirlo y sustituirlo por otro modelo, que tal vez no podemos visualizar con claridad, pero que tiene motivaciones muy diferentes. Bayce agrega “la parte de los valores viene de esa raíz judeocristiana y grecorromana. De ahí viene toda nuestra conceptualización y nuestra evaluación moral de la vida. Esto vino por un conjunto de intereses que envuelven todo, que no son tan santos ni tan prestigiosos como esos valores, que son realmente importantes en la historia humana, más allá de que son parciales”. Hay una especie de pareja maldita, de fundamentalistas morales y corruptos por intereses, que opera junta en el sistema y unos cubren a otros porque éstos, en su sacrosanta persecución de los valores, aceptan que haya una manga de corruptos impresionante que están operando con el tema, a nivel terapéutico y represivo”.Esas afirmaciones son claramente de carácter ofensivo y tienen un componente acusador de mega conspiración a todos aquellos que nos apegamos a valores morales que provienen de la esencia judeocristiana y tratamos de defender un modelo de familia y de sociedad que ha intentado plasmar esos principios. Rechazamos esa acusación y creemos que como muchas otras consideraciones carecen de elementos probatorios para poder ser admitidas. Llama la atención que ubica a los corruptos que trabajan en la represión y en la rehabilitación, y sin embargo no condena a los que trafican y hacen el gran negocio del consumo de droga. Sobre la legalización, Rafael Bayce señala que “prohibir las sustancias es un absurdo, porque no provocan nada. Lo que provoca un mal uso y un abuso de las sustancias es la mala relación con el mundo y con el ambiente, por supuesto, tiene que haber una actividad social, privada y pública, no tanto para impedir el consumo sino para informar sobre los peligros del consumo y no sobre la condena del consumo, porque eso es un error”. Con respecto al auto cultivo, afirma: “yo soy partidario de autorizarlo, por dos razones. Por un lado, porque puedo ser partidario de despenalizar todo, que sería el paso menor al interior de esta cuestión y, por otro, por el argumento ya dado muchas veces que le saca campo al narcotráfico, no soy tan estigmatizador del
narcotráfico porque creo que es producto de la prohibición, no de nada
intrínsecamente malo”. Bayce señala que: “la despenalización no tiene porque ser total, puede ser parcial, puede ser progresiva y también puede ser reversible. Si una cosa no funciona, probamos otra; si funciona, vamos arriba con la siguiente
a ver qué pasa”. Estas pruebas, que parecen de laboratorio, las plantea el académico para ensayar con toda una sociedad y tal vez para dejar impactos irreversibles y graves en generaciones enteras de seres humanos. La verdad es que parece incomprensible entender cómo se puede plantear livianamente una prueba a ver si funciona y por ahí estamos sepultando a miles de jóvenes en esos ensayos. El planteo fue tan provocativo que llegó a explicar y justificar el consumo de pasta base en estos términos: “los efectos de la pasta base son deseables solo por parte de las personas que están absolutamente jugadas a que no tienen otra fuente de euforia y de satisfacción cotidiana más que ese consumo, que saben perfectamente que los va a liquidar. Ellos saben que los va a liquidar, pero prefieren liquidarse con pequeños momentos de euforia antes de liquidarse en
la vida como va, que ven que no tiene salida. Entre una vida que está condenada y una vida condenada con euforias, eligen una vida condenada con algunas euforias efímeras, que les va a dar, por ejemplo, un poco de alegría, de vida social y de momentos para arriba. La gente que cree que está condenada en la vida, antes de estar condenada sin ninguna satisfacción prefiere estar condenada con alguna satisfacción”…y luego agrega concluyentemente “ellos están fritos: “no future”. Por lo tanto, mejor con un poco de eso que sin nada. Sin nada es una muerte gris y lenta; con lo otro es una muerte con momentos de euforia y más rápida”. Toda esa conclusión nos resulta terrible. Partimos de la base que hay mucha gente condenada. No sabemos por quién y por qué. Pero nos brinda una trágica percepción que plantea que no debemos hacer nada para sacar a esa gente del pozo. No sabemos quién puede tener esa potestad de determinar quien no tiene futuro.
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