Frases:
“Todos quieren la
paz, y para asegurarla, fabrican más armas que nunca” Antonio Mingote
“Las epidemias han
tenido más influencia que los gobiernos en el devenir de nuestra historia.” George Bernard Shaw
¿Qué se entiende por “Arma Biológica”?
http://filoblog615.blogspot.com/
Un arma biológica
consiste en un microorganismo que ha sido alterado para producir enfermedades a
personas, animales o plantas. Para este tipo de prácticas se escogen organismos
con una alta capacidad de reproducción y capaces de causar un efecto destructor
en su víctima. El uso de armas biológicas en las guerras no
es una práctica reciente. A lo largo de la historia, se han producido numerosos
intentos de extender enfermedades entre los soldados o la población enemiga. Las más primitivas, no muy efectivas, consistían en recoger a víctimas o
fallecidos por la peste y llevarlos a tierras enemigas para que extendieran la
enfermedad. También era frecuente el envenenamiento de pozos, o el lanzamiento
de animales en proceso de putrefacción a reservas de agua para trasmitir
microorganismos. Uno de los intentos más famosos y despiadados ocurrió en el
siglo XVIII cuando la armada inglesa repartió mantas usadas por ingleses
enfermos de viruela a los nativos americanos, creando una epidemia que acabó
con la vida de 100.000 personas. Sin embargo, la guerra biológica alcanzó su
máximo grado de sofisticación en el siglo XX, gracias a la microbiología
moderna.
La enfermedad como
arma
Web de
revista Discovery Dsalud edición Nº 114 3/2009
Muchas de las
enfermedades que hoy nos aquejan se crearon en los laboratorios como posibles
armas. Y otras simplemente para vender fármacos que contrarrestaran sus
efectos. Hablamos de un gigantesco y
vergonzoso negocio en el que hay implicados gobiernos, políticos,
multinacionales, etc. Jeanne Cono -del Centro para el Control y Prevención de
las Enfermedades de Estados Unidos, entidad ligada al Ejército-
reconocería de hecho en un vídeo promocional emitido hace apenas unos años que “la idea de usar la enfermedad como un
arma llegó a un nuevo nivel de sofisticación a comienzos de los años 30 con el
Programa Nacional de Guerra Biológica que fue puesto en marcha para contrarrestar el activo
programa japonés que desarrolló entre 15 y 20 agentes capaces de generar
enfermedades, con el ántrax como prioridad. Estados Unidos comenzó pues con
estos programas –se justificó- en
previsión de que tanto Alemania como Japón tomaran la delantera”. El Programa Nacional de Guerra Biológica norteamericano comenzó
oficialmente en 1941; así lo apuntan al menos los documentos y memorandos
oficiales. Y el encargado de dirigirlo sería George W. Merck,
presidente de la Corporación
Merck, uno de los actuales gigantes de la industria farmacéutica.
Ahora bien, si ha habido un país que ha destacado en el pasado en ese campo fue la Alemania nazi. Está ampliamente documentado que en los campos de concentración alemanes se experimentó con muchas de las personas allí encerradas. Tanto para saber los efectos de los microbios patógenos y los de las radiaciones como los de las técnicas psicológicas y biológicas de control mental. Es de dominio público. Lo que en cambio ignora la mayoría de la gente es que a buena parte de esos biólogos, médicos y psiquiatras se les ofreció tras el Proceso de Nuremberg la amnistía -a pesar de sus crímenes- si accedían a trabajar para el Gobierno estadounidense. Y la mayoría aceptó. El proyecto se conocería como Paperclip y actualmente se sabe que uno de sus máximos gestores fue el ex Secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger. Por su parte, el complejo fármaco-biológico IG Farben –propietario de la multinacional farmacéutica Bayer- fue financiado desde el principio por una empresa de la familia Rockefeller, la Standard Oil, lo que liga a las industrias petroleras y farmacoquímica. Es más, Allen Dulles, posterior Director de la CIA, trabajaba para Rockefeller y era el contacto en Alemania con IG Farben. Pues bien, ya en 1951 Erin Traub -jefe del programa de armas biológicas de Hitler- trabajaba para el Departamento de la Marina investigando 40 cepas de virus muy contagiosos. En suma, las conexiones entre la industria farmacéutica, el nazismo y determinados gobiernos se asentaron en aquélla época. Pero volvamos a las confesiones de la portavoz gubernamental Jeanne Cono. Ésta, en el video ya mencionado, cuenta que en 1953 Estados Unidos comenzó un programa “ofensivo” de guerra biológica con “unos medios modestos” en las instalaciones de Fort Detrick, cerca de Maryland (EEUU) al terminar el cual “se desarrollaron siete agentes incapacitantes, incluido el ántrax”. Sin embargo, el libro La historia de Fort Detrick, escrito por el que fuera Relaciones Públicas de las citadas instalaciones, Norman Covert, demuestra que no eran precisamente “humildes”. En sus 500 hectáreas de extensión trabajaban ¡300 científicos y 250 microbiólogos -40 de ellos catedráticos- así como 150 especialistas –entre ellos matemáticos y patólogos- además de otras 1.000 personas cualificadas! Un buen ejemplo de lo que allí se desarrollaba es el Informe Montaña de hierro de 1963 sobre los peligros potenciales para el mundo de finales del siglo XX encargado a la Corporación Rand que aludía especialmente al problema de la superpoblación. “Para mantener la paz en el interludio hacia el nuevo milenio –se decía en él- es preciso manejar el incremento de la población mundial”. ¿Y eso que significaba? Hubo quien lo entendió muy bien. Hombres como David Rockefeller y Henry Kissinger llegaron públicamente a manifestar pronto con frialdad y cinismo que “la guerra es necesaria para el progreso económico, político y social “. Agregando:“La guerra es imprescindible para la supervivencia del sistema tal y como lo conocemos hoy”. Solo que la guerra como “arma de despoblación” tenía que ser “mejorada” con otros agentes. En el citado y polémico informe se lee por eso lo siguiente: “Una alternativa viable para ir a la guerra podría ser generar una amenaza exterior de suficiente magnitud como para que la ciudadanía pida una reorganización y acepte lo que dicte la autoridad política”. También se buscó cómo eliminar pueblos sin destrozar sus infraestructuras. Y de hecho se desarrolló una bomba capaz de asesinar poblaciones enteras sin afectar sus edificios e instalaciones.
El conocido investigador Leonard Horowitz afirma haber descubierto memorandos secretos de carácter sanitario con ese mismo fin. Entre ellos un programa especial para difundir un virus causante de cáncer que data de 1962. Asevera que incluso llegaron a difundirse virus capaces de provocar leucemia, linfomas, tumores de mama, herpes, gripe, mononucleosis, meningitis… Microbios en cuyos experimentos se usó al principio como cobayas lo que tenían más a mano: ¡sus propios soldados! Y si le parece inconcebible sepa, por ejemplo, que una investigación del Congreso estadounidense revelaría que numerosas esposas de militares norteamericanos de tierra recibieron complejos vitamínicos que contenían uranio 239 y plutonio 241 altamente radiactivo provocando multitud de abortos y fallecimientos tanto entre ellas como entre sus bebés. Según esa misma investigación entre los años 1910 y 2000 se llevaron a cabo cerca de ¡20.000 experimentos! con población civil estadounidense. Por ejemplo, radiando a pacientes con uranio y plutonio ¡en hospitales! Y eso con el consentimiento de las “agencias de salud” del Gobierno norteamericano. Se sabe asimismo que en 1968 el Pentágono probó un arma biológica mortal ¡en el metro de Nueva York! ubicando personal en los hospitales para monitorizar los resultados. Como se sabe igualmente que en 1972 cuatrocientos norteamericanos de raza negra fueron infectados con una bacteria que provoca sífilis en un experimento que duró varias décadas, estaba dirigido por el Servicio Público de Salud y se bautizó como Tasquidee Experiment. Para Horowitz no hay duda: la decisión de despoblar África fue lo que llevó a la creación y difusión en ese continente de los retrovirus. Entre ellos, el Ébola y el VIH causante del Sida.
Ahora bien, si ha habido un país que ha destacado en el pasado en ese campo fue la Alemania nazi. Está ampliamente documentado que en los campos de concentración alemanes se experimentó con muchas de las personas allí encerradas. Tanto para saber los efectos de los microbios patógenos y los de las radiaciones como los de las técnicas psicológicas y biológicas de control mental. Es de dominio público. Lo que en cambio ignora la mayoría de la gente es que a buena parte de esos biólogos, médicos y psiquiatras se les ofreció tras el Proceso de Nuremberg la amnistía -a pesar de sus crímenes- si accedían a trabajar para el Gobierno estadounidense. Y la mayoría aceptó. El proyecto se conocería como Paperclip y actualmente se sabe que uno de sus máximos gestores fue el ex Secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger. Por su parte, el complejo fármaco-biológico IG Farben –propietario de la multinacional farmacéutica Bayer- fue financiado desde el principio por una empresa de la familia Rockefeller, la Standard Oil, lo que liga a las industrias petroleras y farmacoquímica. Es más, Allen Dulles, posterior Director de la CIA, trabajaba para Rockefeller y era el contacto en Alemania con IG Farben. Pues bien, ya en 1951 Erin Traub -jefe del programa de armas biológicas de Hitler- trabajaba para el Departamento de la Marina investigando 40 cepas de virus muy contagiosos. En suma, las conexiones entre la industria farmacéutica, el nazismo y determinados gobiernos se asentaron en aquélla época. Pero volvamos a las confesiones de la portavoz gubernamental Jeanne Cono. Ésta, en el video ya mencionado, cuenta que en 1953 Estados Unidos comenzó un programa “ofensivo” de guerra biológica con “unos medios modestos” en las instalaciones de Fort Detrick, cerca de Maryland (EEUU) al terminar el cual “se desarrollaron siete agentes incapacitantes, incluido el ántrax”. Sin embargo, el libro La historia de Fort Detrick, escrito por el que fuera Relaciones Públicas de las citadas instalaciones, Norman Covert, demuestra que no eran precisamente “humildes”. En sus 500 hectáreas de extensión trabajaban ¡300 científicos y 250 microbiólogos -40 de ellos catedráticos- así como 150 especialistas –entre ellos matemáticos y patólogos- además de otras 1.000 personas cualificadas! Un buen ejemplo de lo que allí se desarrollaba es el Informe Montaña de hierro de 1963 sobre los peligros potenciales para el mundo de finales del siglo XX encargado a la Corporación Rand que aludía especialmente al problema de la superpoblación. “Para mantener la paz en el interludio hacia el nuevo milenio –se decía en él- es preciso manejar el incremento de la población mundial”. ¿Y eso que significaba? Hubo quien lo entendió muy bien. Hombres como David Rockefeller y Henry Kissinger llegaron públicamente a manifestar pronto con frialdad y cinismo que “la guerra es necesaria para el progreso económico, político y social “. Agregando:“La guerra es imprescindible para la supervivencia del sistema tal y como lo conocemos hoy”. Solo que la guerra como “arma de despoblación” tenía que ser “mejorada” con otros agentes. En el citado y polémico informe se lee por eso lo siguiente: “Una alternativa viable para ir a la guerra podría ser generar una amenaza exterior de suficiente magnitud como para que la ciudadanía pida una reorganización y acepte lo que dicte la autoridad política”. También se buscó cómo eliminar pueblos sin destrozar sus infraestructuras. Y de hecho se desarrolló una bomba capaz de asesinar poblaciones enteras sin afectar sus edificios e instalaciones.
El conocido investigador Leonard Horowitz afirma haber descubierto memorandos secretos de carácter sanitario con ese mismo fin. Entre ellos un programa especial para difundir un virus causante de cáncer que data de 1962. Asevera que incluso llegaron a difundirse virus capaces de provocar leucemia, linfomas, tumores de mama, herpes, gripe, mononucleosis, meningitis… Microbios en cuyos experimentos se usó al principio como cobayas lo que tenían más a mano: ¡sus propios soldados! Y si le parece inconcebible sepa, por ejemplo, que una investigación del Congreso estadounidense revelaría que numerosas esposas de militares norteamericanos de tierra recibieron complejos vitamínicos que contenían uranio 239 y plutonio 241 altamente radiactivo provocando multitud de abortos y fallecimientos tanto entre ellas como entre sus bebés. Según esa misma investigación entre los años 1910 y 2000 se llevaron a cabo cerca de ¡20.000 experimentos! con población civil estadounidense. Por ejemplo, radiando a pacientes con uranio y plutonio ¡en hospitales! Y eso con el consentimiento de las “agencias de salud” del Gobierno norteamericano. Se sabe asimismo que en 1968 el Pentágono probó un arma biológica mortal ¡en el metro de Nueva York! ubicando personal en los hospitales para monitorizar los resultados. Como se sabe igualmente que en 1972 cuatrocientos norteamericanos de raza negra fueron infectados con una bacteria que provoca sífilis en un experimento que duró varias décadas, estaba dirigido por el Servicio Público de Salud y se bautizó como Tasquidee Experiment. Para Horowitz no hay duda: la decisión de despoblar África fue lo que llevó a la creación y difusión en ese continente de los retrovirus. Entre ellos, el Ébola y el VIH causante del Sida.
El síndrome
respiratorio agudo (SARS)
Recordemos asimismo que en el
2003 el prestigioso epidemiólogo italiano Carlo Urbani, de 46 años, moría víctima
del Síndrome Respiratorio
Agudo (SARS), una “nueva” enfermedad provocada por un extraño virus
que precisamente él mismo había conseguido “detectar” y gracias al cual se pudo
atajar su propagación en Vietnam. Solo que el SARS es también conocido como
“neumonía asiática” porque se caracteriza –otra “casualidad”- por afectar
especialmente a los genotipos raciales “asiáticos”. De ahí que haya quien ha
relacionado esta “nueva enfermedad” viral con el ya mencionado laboratorio de
Indonesia. Es más, algunos afirman directamente que probablemente allí se
desarrolló la gripe asiática que sería pues una enfermedad diseñada para atacar
el ADN de la población de ese continente. Y si cree que se trata de fantasías
le diremos que para el periodista Benjamín
Fulford, ex editor de la conocida revista Forbes en Canadá, todo
indica que el SARS forma parte de la guerra biológica para detener el poderío
de los chinos. Se trataría pues de un “arma étnica”. Para Horowitz y el
investigador Richard
Preston el Ébola podría ser de hecho otra “arma “étnica”. Y se apoya para pensarlo en el hecho de que su área de influencia se
circunscribe a la población africana. Ya en los años 80 del pasado siglo XX se
dice en un esclarecedor documento titulado Revolución
en los asuntos militares que se encargó al US Army War College que
era hora de replantearse el tipo de armas del futuro. Y en él se habla
directamente de desarrollar armas microbiológicas porque son igualmente
mortales pero lo hacen lenta y disimuladamente. Armas que englobarían el uso de
tóxicos químicos, biológicos y electromagnéticos, incluyendo “microorganismos
modificados genéticamente” para hacer que la gente enferme. El informe explica
incluso que para lograrlo era preciso usar todos los medios de comunicación de
masas cuyo papel sería fundamental ya que había que conseguir que la gente
adoptara nuevos estilos de vida incluyendo la “pastillización de la vida”. Es decir, que la
gente se acostumbrara a tomar ¡pastillas para todo! Y que lo han conseguido es
obvio. Hace apenas tres décadas casi nadie acudía a los farmacias y el número
de enfermedades era infinitamente menor. La inmensa mayoría de la gente no
tomaba fármacos. Hoy ingiere todo tipo de productos que no curan nada y encima
tienen efectos secundarios tan graves que muchos pueden llevar a la muerte. ¡Y se considera normal! El citado documento avisa también de que
evidentemente tales políticas “podrían
tener la oposición de individuos no condicionados” -es decir, de
personas que piensan por sí mismas- por lo que remarcaba que los medios de
comunicación tendrían que cambiar los valores de la población condicionándolos
para la adopción de esta nueva cultura de la enfermedad promovida por unas
mentes pensantes englobadas en la corriente eugenista. Los autores de ese documento y quienes los desarrollaron fueron probablemente
los mismos que inspiraron el nazismo y la corriente del ecologismo hoy en boga
que sostiene que el ser humano es un problema para el ecosistema. Solo así se
entiende que el Príncipe Felipe
de Inglaterra, por ejemplo, afirmara en agosto de 1988 en una
entrevista que concedió a la
Deutch PressAgentur que “en
caso de reencarnación me gustaría hacerlo como un virus mortal para contribuir
a solucionar el problema de la superpoblación”.
Ya el famoso filósofo Bertrand Russel -defensor de la “selección de la raza humana”- escribió extensamente en El impacto de la ciencia en la sociedad acerca de cómo las vacunas con mercurio y otros tóxicos harían que la gente desarrollara “lobotomías químicas que los volverían zombis”; es decir, manejables y sumisos. Lo singular, según Horowitz, es que una de las razones de que todo esto haya sido posible es que se ha logrado hacer creer a la gente que vacunación (proceso artificial) es lo mismo que inmunización (proceso natural de protección cuando el organismo se expone a un agente). Siendo eso lo que ha permitido inocular todo tipo de virus a través de las vacunas.
Ya el famoso filósofo Bertrand Russel -defensor de la “selección de la raza humana”- escribió extensamente en El impacto de la ciencia en la sociedad acerca de cómo las vacunas con mercurio y otros tóxicos harían que la gente desarrollara “lobotomías químicas que los volverían zombis”; es decir, manejables y sumisos. Lo singular, según Horowitz, es que una de las razones de que todo esto haya sido posible es que se ha logrado hacer creer a la gente que vacunación (proceso artificial) es lo mismo que inmunización (proceso natural de protección cuando el organismo se expone a un agente). Siendo eso lo que ha permitido inocular todo tipo de virus a través de las vacunas.
Se revela que el VIH sida fue creado en laboratorios militares por EEUU
http://progresismohumano.wordpress.c...res-por-ee-uu/
Por: Milton William Cooper Alto Oficial de la
Inteligencia Naval Militar de EE.UU, división administrativa, que forma parte
de la Corporación de Inteligencia de los Estados Unidos Teniente Col. Milton W.
Cooper, revela que el Virus de Inmunodeficiencia Humana fue desarrollado en instalaciónes
biológicas militares de la base de Fort Detrick en 1972 por el Departamento de
Defensa y el Pentágono, como parte del Proyecto MK-NAOMI, siguiendo una orden
ejecutiva directa y dando cumplimiento a una Agenda global establecida por el
Departamento de Estado.
Testimonio del analista de inteligencia y alto oficial militar :
Durante las conferencias que
mantuve en Las Vegas Nevada EE.UU, di a conocer algunas cosas sobre la
enfermedad del VIH, que he mantenido cerca de mí, en mi pecho. Se me reveló que
el HIV/AIDS fue creado en laboratorios militares por EE.UU, para eliminar los
elementos de la sociedad innecesarios y a la extensa población del Tercer Mundo,
mientras estaba inscrito en la Seguridad y la Inteligencia Naval (ONI).
Mencioné este hecho en mi artículo” El Gobierno Secreto . ” Ahora me permito
publicar el resto de la información de carácter confidencial y aclaro que el
gobierno y sus Agencias de Inteligencia desarrollaron el patógeno y también la
cura o antídoto, los mismos que la mantienen en estricta reserva, bajo
juramento de confidencialidad. VIH SIDA fue desarrollado en
instalaciónes biológicas militares de la base de Fort Detrick de EE.UU. El
primer estudio fue realizado en 1957, por científicos reunidos en Huntsville,
Alabama. Ese estudio dio lugar al Proyecto “Alternativa 3″.
Otro estudio fue realizado por el Grupo empresarial multibillonario más
poderoso : El Club de Roma en 1968 con el fin de determinar los Límites del
Crecimiento. El resultado del estudio fue que la civilización tal como la
conocemos, se colapsaría poco después del año 2000, y los recursos naturales
escasearían para las potencias hegemónicas, inclusive el mismo sistema
capitalista estaría en peligro, a menos que la población se redujera
gravemente, por algún medio. Varias Agencias Top Secret hicieron
recomendaciones a la elite gobernante, por el Dr. Aurelio Peccei Director del
Club de Roma, en ese entonces.
La recomendación principal fue el desarrollo de un
microbio indetectable, casi invisible, que atacara el sistema auto inmunológico
y por lo tanto hacer que el desarrollo de una vacuna en forma inmediata fuera
imposible. Las órdenes dadas fueron desarrollar el microbio y
también desarrollar una cura y profiláctico. El microbio podría ser usado
contra la población en general y se introdujeron por vacunas administradas en
complicidad por la O.M.S. Organización Mundial de la Salud y organismos de
salud continentales, tanto en África, Sudamérica y Asia. El uso del
profiláctico y antídoto iba a ser utilizado por la elite gobernante. La cura
será administrada a los sobrevivientes, cuando ellos decidan que han muerto
bastante gente y lo vean conveniente. La financiación se obtuvo del Congreso de
los EE.UU., bajo el HB 15090 donde inicialmente más de $10 millones fueron destinados
al Departamento de Defensa para producir, el arma “Un agente biológico
invisible sintético que no existía de forma natural y para el cual ninguna
inmunidad natural pudiera ser adquirida, posteriormente se incrementaron los
fondos millonariamente, con fondos negros pertenecientes a las operaciones de Masones del Club de Roma. Banqueros y multibillonarios entre sus miembros ,
financiadores del proyecto. Dado que gran parte de la población seria diezmada, la elite gobernante
también decidió orientar el agente hacia los “elementos indeseables de la
sociedad” al exterminio. Los objetivos
concretos fueron los hispanos, las poblaciones negras de África, la de escasos
recursos, continentes con extensa población como la asiática y básicamente la
extensa población del Tercer Mundo, llamada por esta élite Población Basura o
de Deshecho. El continente africano fue inicialmente infectado a propósito con
el patógeno, a través de la vacuna contra la viruela en 1977, por el fabricante
de la empresa MERCK. La población pobre de los EE.UU. fue infectada en 1978 con
la vacuna contra la hepatitis B, a través de los Centros para el Control de
Enfermedades y el Centro de Sangre de Nueva York, Los Ángeles y San Francisco,
también por el fabricante de la empresa MERCK. La orden fue
propuesta por el Comité de Políticas Exteriores del GRUPO BILDERBERG, con sede
en Suiza. También se les ordenó otras medidas, que se pueden
corroborar más fácilmente con la política de despoblación de Haig y la de Henry
Kissinger, que es dirigida y administrada por el Departamento de Estado y el
Pentágono en todos los países. La necesidad para la creación y el despliegue de
un virus letal como el HIV/AIDS, está completamente descrita en las decisiones
de política de control de población de Estados Unidos, como una opción barata y
está incluida en un estudio denominado Memorandum de Estudio 200 de Seguridad
Nacional de 1974, escrito y presentado por Henry Kissinger en la mega-
conferencia sobre control de la población, celebrada en Bucarest, Rumania. El proyecto secreto se llevó a cabo en la base
militar de Fort Detrick en Maryland EE.UU, en el Laboratorio P4, lugar donde
fue desarrollado y perfeccionado. Fort Detrick ha sido el centro de programa de
armas biológicas de los Estados Unidos entre 1943 hasta el presente, heredando
a la vez toda la base de datos de armas biológicas de la Alemania nazi, creando
una oficina para este propósito el Instituto de Enfermedades Infecciosas del
Ejército
¿Qué hay detrás del brote de ébola? La “pista” Fort Detrick
14/8/2014 paginatransversal.com
El 4 de agosto de 2014, CNN lanzó la “exclusiva” diciendo que las autoridades estadounidenses ofrecían un tratamiento no
probado en humanos para curar el Ébola. Además, informaron que el
medicamento ya había sido administrado al doctor estadounidense Kent Brantly,
afectado por esta enfermedad en África, y que los efectos en el paciente habían
sido “milagrosos”. Luego se pudo conocer, por ellos mismos, que el medicamento
era desarrollado por la compañía biotecnológica con sede en San Diego, EE.UU., llamada Mapp Biopharmaceutica, cuyo
equipo científico trabaja con el ejército estadounidense en el Fort
Detrick, y que hace un año inocularon el virus del
Ébola a un grupo de monos.
El Fort Detrick, ubicado en Maryland (EE.UU.), es un centro de investigación
biológica y de desarrollo de armas químicas que desde hace más de 50 años se
dedica a detectar enfermedades mediante una “manipulada ingeniería de la
infección”. Durante la Segunda Guerra Mundial, el Fort Detrick emprendió una
intensa investigación sobre guerra biológica que estuvo supervisada por George
Merck, un gran aliado de Hitler y presidente de una de las mayores industrias
farmacéuticas de EE.UU. Y es que una de
las tantas cosas que copió el gobierno estadounidense del nazismo fue su
programa de guerra biológica que se aplicó durante el Tercer Reich. A través de
la Operación Paperclip, los servicios de inteligencia y militares de EE.UU., llevaron de forma secreta a EE.UU. a unos 700 científicos nazis para
extraer de ellos todos sus secretos en armas químicas y experimentación médica.
Una semana después del ataque a las Torres Gemelas,
Estados Unidos sufrió un extraño ataque con Ántrax. En junio de 2008, Bruce
Irvins, científico del Ejército estadounidense se suicidó antes de ser acusado
por estos atentados. Pero Irvins no es el único científico que pierde la vida
en extrañas circunstancias. En julio de 2003, el científico británico David
Kelly fue hallado muerto, dentro de su casa, luego de darle un entrevista
secreta a la BBC de Londres, en la que confiesa que era totalmente falso que
Irak tuviera armas de destrucción masiva y que simplemente era una excusa para
invadir y saquear a ese país. Este hecho generó innumerables interrogantes,
pero también dejó al descubierto el perverso mundo de las guerras biológicas de
Estados Unidos y Gran Bretaña. Aunque las Convenciones sobre Armas Químicas y
Biológicas ilegalizan la producción, el almacenamiento y uso de armas
biológicas, Estados Unidos mantiene los mayores arsenales de estas armas de
destrucción masiva y ha sido el primer país en aplicarlo. Nunca podremos
olvidar lo que hicieron contra el pueblo vietnamita y camboyano con el
tristemente recordado “Agente Naranja”, fabricados entre el gobierno de Estados
Unidos y la farmacéutica Bayer. Desde el año 2001, Estados Unidos ha
gastado unos 50.000 millones de dólares en armas biológicas. Antes de partir,
el ex presidente George Bush asignó para el año fiscal 2009, casi 9.000
millones de dólares más para gastos en bioarmas, es decir, 39% más de lo que se
asignó para el año 2008. Pero también se ha denunciado que estas bioarmas han
llegado a manos irresponsables. El ex presidente del Banco Mundial, ex
secretario de Estado de Estados Unidos, quien ordenó el bombardeo masivo contra
Vietnam, y quien fue miembro del Programa Ampliado de Inmunización, Robert
Mcnamara, dijo en una oportunidad a un diario francés: “Hay que tomar medidas duras
de reducción demográfica en contra de la voluntad de las poblaciones. La
reducción de la tasa de natalidad ha demostrado ser imposible o insuficiente.
Por consiguiente, debemos aumentar la tasa de mortalidad. ¿cómo? Por medios
naturales. El hambre y la enfermedad”.
Todo parece indicar que la historia se repite, y que la
alarma que genera la CNN sobre el Ébola, es impulsada por grandes empresas
farmacéuticas que dicen tener la cura y sólo con ese anuncio ya han
logrado incrementar sus acciones en la bolsa. La realidad es que estas grandes
farmacéuticas junto con el Fort Detrick son responsables, como la historia lo
demuestra, de inocular y propagar diversos tipos de enfermedades por el mundo
para así maximizar sus ganancias a costilla de la vida de los demás, casi
siempre los africanos, a quienes aún utilizan para sus experimentos. La
historia ya ha demostrado que detrás de cada brote de este tipo de enfermedades
está el cartel de las farmacéuticas, una de las industrias más poderosas,
influyentes y perversas del mundo.
El tratamiento médico es la tercera causa de muerte en Estados Unidos
http://pijamasurf.com/2012/11/el-tratamiento-medico-es-la-tercera-causa-de-muerte-en-estados-unidos/
Generalmente consideramos que ir al doctor o recibir
algún tipo de tratamiento médico son un bien universal y poco nos preocupamos
de las consecuencias o efectos secundarios que estos tratamientos pueden tener.
Pero según cifras publicadas en
The Journal of American Medicine, el tratamiento constituye la tercerca causa
más frecuente de muerte en Estados Unidos. Asimismo, según revela un reciente artículo publicado en el
LA Times, las drogas
preescritas por doctores cuasan más muertes por sobredosis que drogas ilegales
como la heroína y la cocaína. Este envenenamiento de la industria médica ha sido
denunciado por prestigiosos médicos, como el premio Nobel Thomas Steitz quien acusó a las farmaceúticas de
retirar medicamentos que curan o el también Premio Nobel Richard J.
Roberts quien denunció que las
farmacéuticas no desarrollan medicamentos que curan porque no son rentables y
buscan, en cambio, la cronicidad de las enfermedades. La investigación de Peter
Glidden, médico y autor ahonda en esta industria de la muerte en la que, en su reverso, se ha convertido la farmacéutica moderna –que innegablemente
cura nuemrosas enfermedades pero al tiempo que genera otras tantas. “La tercera
causa de muerte en los Estados Unidos, según una publicación del Jornal de la
Asociación Americana de Medicina, es causada por tratamientos médicos.
Esto significa que usted visita a un doctor, él le provee un tratamiento y
usted fallece a causa de ese tratamiento. De acuerdo con datos del Departamento
de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, 15.000 pacientes de
Medicare mueren mensualmente por estos tratamientos médicos y nadie va a la
cárcel. Un puñado de terroristas estrellan 2 aviones en las torres gemelas,
mueren 3.500 personas y el país va a la guerra, pero 15.000 personas están
muriendo por mes en estos momentos a causa de tratamientos médicos, y ni
siquiera pestañeamos”, declaró Glidden en una entrevista. Glidden añadió sobre
el lobby de las farmacéuticas: “Los doctores están a la delantera por las
coaliciones políticas y económicas que se hicieron a principio de siglo, algo
que la población no sabe o reconoce. Y esto es un problema gigante”.
Cerdos de granjas alimentados con soja y maíz transgénicos se
enferman
Los cerdos tienen un
sistema digestivo similar a las personas, por lo que el grupo de científicos
espera poder investigar si los humanos también sufren los mismos problemas.
Durante un estudio realizado por el Instituto de Salud y
Medio Ambiente IHER de Australia, interesado en la seguridad de los alimentos, junto a un equipo en Estados
Unidos, científicos dieron de comer soja y maíz transgénicos a un grupo de
cerdos en granjas de producción comercial y comprobaron un aumento de enfermedades gástricas severas
y un elevado peso del útero en las hembras. Se seleccionó un
grupo aleatorio de cerdos, con igual cantidad de machos y hembras, y se los
alimentó con soja y el maíz genéticamente modificado. A su vez a otro grupo se
le dio alimentación normal. Los resultados no mostraron diferencias en la
ganancia de peso, la mortalidad y las mediciones de sangre de rutina. Lo que se
detectó fue una mayor tasa de inflamación severa del estómago, equivalente a un
32% frente a un 12%. Incluso la inflamación fue más dañina en los machos. A su
vez en las hembras, los úteros de los cerdos con alimentación transgénica eran
25% más pesados La doctora Judy Carman, profesora afiliada a la Universidad
Flinders, Adelaide, Australia, comunicó que “encontramos estos resultados en condiciones
reales en las explotaciones agrícolas, no en un laboratorio, pero con el
beneficio añadido de controles científicos estrictos que no están normalmente
presentes en las granjas”. “En segundo lugar, se utilizaron cerdos. Los
cerdos con estos problemas de salud terminan en nuestro suministro de
alimentos. Nos los comemos”, agrega la especialista. Con una clara
advertencia por los potenciales peligros para la salud humana, la doctora
Carman dice que se estudiaron cerdos. “Los
cerdos tienen un sistema digestivo similar a las personas, por lo que tenemos
que investigar si las personas también están recibiendo los problemas
digestivos de comer los cultivos transgénicos”, advirtió
la doctora Carman.
El secreto detrás de las farmaceúticas
Los laboratorios farmacéuticos inventan enfermedades
transformando procesos naturales o etapas de la vida normales, como el
envejecimiento, el embarazo, el parto, la infelicidad o la muerte en algo que
debe recibir medicamentos. O sea que no se limitan a hacer publicidad de sus
fármacos, sino que además promocionan las enfermedades a las que se dirigen. La
promoción de las enfermedades tiene por objetivo convertir a la gente sana en
pacientes, convertir un proceso normal en un problema médico, por ejemplo, la
caída del pelo, desperdiciando recursos enormes y causando en muchas ocasiones
un daño secundario. Existen varias formas de crearlas como ampliar el espectro
de las enfermedades. Por ejemplo, si se reducen las cifras anormales de presión
arterial, de un día para otro, muchas personas que un día estaban sanas
amanecen convertidas en hipertensas, por lo que deben tomar medicamentos. Otra
vía es convertir los síntomas en un problema de salud, como ocurre con el
colesterol: nadie se enferma del colesterol, porque es un factor de riesgo,
pero lo tratan como si fuera eso, una enfermedad. Una tercera táctica es
convencer a la gente de qué condiciones normales, como la menopausia o el
embarazo, son patologías que hay que medicar. O sea que convertir problemas y situaciones
comunes de la vida, como el envejecimiento, la timidez, la menopausia, la
tristeza o la soledad, en enfermedades que pueden tratarse con fármacos es una
de las argucias utilizadas por la industria farmacéutica para vender mejor sus
productos. Las estrategias de mercado que se utilizan suponen un reto global a
los agentes interesados en salud pública. Al final no son sólo los médicos,
sino los ciudadanos y los gobiernos los que demandarán también una respuesta
global. Es decir, es un negocio. Para cada droga inventan un mal. La industria
farmacéutica gasta miles de millones de euros en actividades de promoción para
que los médicos prescriban, las farmacias vendan y los sujetos consuman los
productos que fabrica.
La industria farmacéutica: secretos y mentiras
www.ojocientifico.com
Según el portal Ojocientifico.com “No hay medicina sin
medicamentos”. Parece que cualquier visita al médico termina en pastillas,
jarabes, inyecciones o algún otro medicamento. Ben Goldarce es el autor del
libro "Mala Farma"
en el que pretende mostrar los secretos
y mentiras de la industria farmacéutica, que día a día nos vende más y más productos que a menudo no necesitamos.
Existen diferentes sistemas de salud en el mundo: algunos son públicos, otros privados, otros mixtos. Funcionan
de diversas formas, pero lo curioso es que siempre, en un momento u otro,
acabamos pagando. La industria
farmacéutica, como su nombre lo indica, tiene fines de lucro.
Se necesita vender para generar nuevos productos que serán vendidos en un
futuro. Además, es una industria con una influencia enorme: ella decide qué
curas se inventan, a quién se cura, y cuánto le costará su bienestar y su
salud. En este sistema de los medicamentos,
los médicos sólo ven la realidad distorsionada de la empresa farmacéutica, de las
revistas y los colegas -que en ocasiones también están comprados o patrocinados
por las farmacéuticas-. El gran problema de los medicamentos es que son
probados por las mismas farmacéuticas. Como estas necesitan vender,
generalmente realizan malos ensayos clínicos, con grandes fallas -se omiten
datos, se muestran sólo resultados positivos, se prueba el fármaco en personas
sanas- que no permiten dar un real punto de vista sobre el nuevo medicamento.
De esta forma, se exageran los beneficios del medicamento y se ocultan los
daños potenciales del mismo. Si los ensayos dan resultados poco favorables, son fácilmente ocultados a médicos y
pacientes, por lo que el médico no puede cumplir con su labor de recetar lo
mejor para cada situación. La poca transparencia rompe las normas básicas de la
ciencia y desperdicia recursos -científicos, aparatos, pruebas costosas-. Otro
punto a tener en cuenta es en quién se realizan los ensayos clínicos. Aquí no solo viene un problema ético -los ensayos se hacen en presos o
indigentes en su mayoría-, sino también médico: en general, los ensayos no se
hacen, por ejemplo, en niños, por lo que no se saben a ciencia cierta los
efectos del fármaco en los infantes. A menudo se crean nuevos fármacos, más
costosos, que tienen el mismo efecto que otros anteriores con avances terapéuticos
escasos o nulos. Goldarce plantea que muchas personas consideran que la industria farmacéutica
funciona mal, pero pocos saben realmente por qué.
Tecnología, vacunación e industria de la enfermedad
Cuando usted compra productos de Microsoft, ahora está
promoviendo a la industria farmacéutica y su agenda mundial de vacunación. Esa
es la nueva realidad que vivimos, donde la mayor compañía mundial de software
está relacionándose con el desarrollador de vacunas más grande del mundo. ¿Cómo
es eso? En 2009, Microsoft compró una pieza clave de la tecnología de la
compañía farmacéutica Merck, el mayor fabricante mundial de vacunas. La
tecnología, como se verá más adelante, posiblemente se pueda utilizar para
desarrollar vacunas de
eugenesia que se dirigen a determinadas razas y nacionalidades
con productos farmacéuticos que inducen a la infertilidad-, algo que es
totalmente coherente con el objetivo que abiertamente admitió Bill Gates de
reducir la población mundial a través del uso de vacunas. Esta tecnología de
investigación de vacunas ataca-genes comprada por Microsoft fue desarrollada
por la compañía conocida como Rosetta
Biosciences, anteriormente propiedad de Merck. Su software se describe
como una forma de “entender cómo los genes interactúan unos con otros” Un
anuncio en el sitio web de Rosetta Biosoftware explica: “El acuerdo permite a Microsoft
incorporar la genómica genética, software de gestión de datos en la plataforma
de Microsoft Amalga Life Science para lograr mejor capacidad de investigación
traslacional”. Este mismo anuncio continúa diciendo que el
fabricante de vacunas Merck
va a “proporcionar
información estratégica a Microsoft” como parte del acuerdo.
Rupert Vessey, el vicepresidente de Merck Research Laboratories, admite
abiertamente que este acuerdo coloca a Microsoft en el papel de ser un desarrollador de drogas.
Él dice: “Esperamos poder
colaborar con Microsoft para desarrollar nuevas soluciones bioinformáticas para
permitir y acelerar el descubrimiento de fármacos y su desarrollo” Esta
es una afirmación clave para comprender por qué el término “bioinformática”
sólo puede significar una cosa. ¿Que almacena la información en la biología?
Esto es sólo un sistema
de almacenamiento digital en la biología humana, y ese sistema
es, por supuesto, el ADN. Por lo tanto, la idea de desarrollar “soluciones
bioinformáticas” realmente significa el desarrollo “dirigido a
gene-medicamentos y vacunas.” Según la web. Gates ha sido un claro defensor de
la vacunación por años. Su organización, la Fundación Bill & Melinda Gates,
está en constante promoción de las vacunas en cualquier lugar y en todas
partes. El sitio web del grupo, de hecho, dice uno de sus objetivos es vacunar a
cada niño en el planeta, alegando que las vacunas son las intervenciones de
salud más eficaces que se haya desarrollado. Sin embargo, entre sus muchos
discursos, Gates ha dado información contradictoria sobre el programa detrás de
la vacunación. En su discurso más reciente, afirma que las vacunas salvan
vidas. Pero en un discurso que pronunció en una conferencia Gates afirmó
claramente que las vacunas y el cuidado de la salud forman parte de una
ecuación para reducir la población en el mundo de un 10 a 15 por ciento. El
fundador de Microsoft y uno de los hombres más ricos del mundo, Bill Gates,
proyecta una imagen de un filántropo benigno utilizando sus miles de millones a
través de su (exenta de impuestos) Fundación Bill & Melinda Gates, para
hacer frente a las enfermedades, resolver la escasez de alimentos en África y
aliviar la pobreza. En una conferencia reciente en California, Gates revela una
agenda menos pública de su filantropía-reducción de la población, también
conocida como la eugenesia. “En primer lugar tenemos la población. El mundo de
hoy tiene 6.800 millones de personas. Y es probable que alcance los 9 mil
millones. Ahora, si hacemos un buen trabajo con nuevas vacunas, atención
médica, servicios de salud reproductiva, podríamos reducirla tal vez, 10 o 15
por ciento”. En claro inglés, uno de los hombres más poderosos del mundo
estableció claramente que espera que las vacunas sean utilizadas para reducir el
crecimiento de la población.5 por
Próximamente: Reducción de la población mediante microchip
anticonceptivo
18/7/2014 Conspiraciones1040.blogspot.com
Un microchip anticonceptivo
implantable podría llegar al mercado para el año 2018 gracias a la financiación
del multimillonario globalista y un entusiasta del control de la población,
Bill Gates. Él era un hombre aparentemente bueno en la primera mitad de su
vida. Un estadounidense promedio que hizo su fortuna con la venta de hardware y
software por valor de miles de millones, convirtiéndose en un icono en todo el
mundo y un ejemplo viviente del sueño americano. Pero en la segunda mitad de su
vida, se unió a la "élite" del mundo, en un intento de reducir la
población mundial en miles de millones ... y él hablaba en serio! Bill Gates, el hombre que recientemente impulso la agenda de control de la
población dio un paso más allá: anunció el desarrollo de un microchip
anticonceptivo con mando a distancia, que puede ser implantado bajo la piel y
duran hasta 16 años. Después de que se ha
implantado el microchip, eso comenzará a liberar una dosis diaria de
levonorgestrel, que es una hormona usada para prevenir el embarazo. De acuerdo
con la Fundación de Gate, una mujer puede elegir el momento de desactivar (o
reactivar) el chip usando un control inalámbrico, pero teniendo en cuenta el
oscuro pasado de la participación de Bill Gates en la despoblación, sería una
locura confiar en ellos! Aún más preocupante, hace un par de años en las Filipinas, los poderes
fácticos ni siquiera se molestaban esconder su enferma agenda, y por la fuerza
implantaban microchips RFID en las (quien sabe cuantas) personas: Ahora, trata
de imaginar lo que la "élite" puede y va a hacer con este tipo de
tecnología. La drástica reducción de la población de la Tierra es
uno de sus agendas abiertas, y la llevan planeando desde hace tiempo... El chip que algún día puede controlar nuestros numerous El MIT declaró que
el implante debería cifrarse para proteger el flujo de datos inalámbricos y
mantenerlo seguro. El tamaño del chip es de 20 x
20mm x 7mm y el depósito de la hormona se almacena en un microchip de 1,5cm de
ancho dentro del dispositivo. El microchip anticonceptivo mantendría cerca de
dos décadas una hormona utilizada en los anticonceptivos y dispensaría 30
microgramos al día, según un informe del MIT Technology Review. —
technologyreview La idea surgió después de una visita de Bill al Massachusetts
Institute of Technology (MIT) dos años antes, donde le preguntó al profesor
Robert Langer si había alguna forma de activar el encendido y apagado del
control de la natalidad mediante control remoto. Esto le ahorraría a las
mujeres la molestia de visitar la clínica para quitarse implantes
anticonceptivos cuando quisieran quedar embarazadas. Langer conectado a la
Fundación Gate con MicroCHIPS, una empresa de Massachusetts licenciada para
utilizar una tecnología de microchips de emisión controlada. Desde entonces, la
asociación ha estado ocupada en desarrollar la tecnología que podría ver un
lanzamiento antes de 2018. — technologyreview. En base en el hecho de que
personas inocentes han sido microchipeadas en secreto en el pasado,
posiblemente este microchip ya ha sido implantado bajo la piel de muchas
personas, sin su conocimiento. Si estos microchips son capaces de
mantener la cantidad necesaria de hormonas durante casi dos décadas, ¿no es
lógico suponer que puedan utilizarse para otros propósitos?
EEUU Bill
Gates donará u$s500 M para combatir las epidemias mundiales
03/11/2014 infobae.com
"Es para reducir la malaria, la neumonía, las
diarreas e infecciones parasitarias, causas principales de muerte y de
minusvalía en los países en desarrollo", explicó la fundación del ex presidente
de Microsoft. El millonario y filántropo
estadounidense Bill Gates se apresta a donar más
de 500 millones de dólares para la
lucha contra diversas epidemias en países en desarrollo, como la malaria,
según un comunicado publicado este domingo. El ex presidente de Microsoft, para el que el ébola representa
un "llamado para actuar", hizo este anuncio en
la 63 reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Medicina e Higiene
Tropicales, en Nueva Orleáns. Explicó que la Fundación Gates iba a dedicar más
de 500 millones de dólares en 2014 "para reducir la carga de la malaria,
de la neumonía, de las diarreas y de una serie de infecciones parasitarias,
causas principales de muerte, de minusvalía en los países en desarrollo",
según este comunicado. En septiembre, la Fundación Gates ya había anunciado una donación de 50 millones
de dólares para la epidemia de ébola que
causó la muerte de 4.900 personas en África occidental desde comienzos de año.
¿Es peligrosa la tecnología wi-fi?
Tomado: Revista Discovery D Salud
El presidente de la Agencia de Protección Sanitaria de
Gran Bretaña, William Stewart, advirtió recientemente sobre la necesidad de ser
precavidos ante los posibles efectos sobre la salud de la tecnología Wi-Fi. Y
es que los expertos afirman que los efectos a largo plazo de la tecnología no
han sido suficientemente investigados resaltando en particular los posibles
riesgos para la salud de los niños que asisten a escuelas con redes
inalámbricas. Algunos centros educativos comienzan a tomar medidas. En Gran Bretaña
muchos padres están exigiendo la retirada de las redes Wi-Fi y en Canadá el
rector de la Universidad de Lakehead en Ontario ha decidido aplicar el
Principio de Precaución en beneficio de sus alumnos y retirarlas garantizando
al mismo tiempo el acceso a la Red mediante fibra óptica. La tecnología inalámbrica Wi-Fi permite a
cualquiera conectarse a Internet o interactuar con otros dispositivos
electrónicos desde cualquier punto de una ciudad, un campus universitario, una
escuela, un restaurante, un aeropuerto, una cafetería o unos grandes almacenes
sin cables ni enchufes. El secreto está -como en el caso de la telefonía móvil-
en las ondas electromagnéticas que, rebotando por el área escogida, acaban
conformando una red en la que todos -nunca mejor dicho- quedamos atrapados. No
se nos dice, en cambio, que a diferencia de un bar donde uno, a la vista del
humo flotando en el local, puede elegir estar o no estar, en el entorno Wi-Fi
que preparan para nosotros la contaminación electromagnética es constante e
invisible. Según el informe del The
Times, Stowe School -una escuela pública de Buckinghamshire- retiró su red
inalámbrica después de que Michael Bevington, un profesor con 28 años de
experiencia, enfermara. “Sentía un amplio conjunto de síntomas desagradables
–declaró- siempre que estaba en el aula. Primero fue un fuerte dolor de cabeza,
después dolor en el cuerpo, sofocos repentinos, presión detrás de los ojos,
quemazón en la piel y sensaciones ardientes además de náuseas. Durante el fin
de semana, lejos del aula, me sentía totalmente normal”.
Y la sensibilización sobre el problema parece aumentar
día a día. El doctor Mae-Wan Ho -biofísico, profesor de Biología y director del
Institute of Science in Society con sede en Londres- terminaba un artículo titulado
Ahogados en un mar de microondas: la revolución Wi-Fi de forma concluyente.
“Están apareciendo evidencias de que los peligros para la salud asociados a las
microondas inalámbricas son al menos comparables, si no peor, que los asociados
al tabaquismo. Pero, a diferencia del tabaquismo, la exposición pasiva a las
microondas será difícil de evitar si el Wi-Fi llega a estar en todas partes.
Ahora que las prohibiciones de fumar están generalizadas por todo el mundo no
hay razón para no hacer igual con el Wi-Fi. Todas las redes Wi-Fi en lugares
públicos deben desmontarse, especialmente en escuelas y universidades, deben
prohibirse. Por las mismas razones, las redes para cubrir la ciudad no deben
ser instaladas. Los salones, las barras de café, los restaurantes y los hoteles
con redes Wi-Fi deben llevar señales de alarma. El uso de los teléfonos móviles
se debe reducir a un mínimo, especialmente para las poblaciones en riesgo; por
ejemplo, los niños. Debe haber una adopción obligatoria de teléfonos móviles con
niveles de radiación tan bajos como sean razonablemente realizables junto con
tecnologías sin manos, ni auriculares”.
Nota: Este informe tiene unos años pero esta muy completo
para mas información:
http://www.dsalud.com/index.php?pagina=articulo&c=319#
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