miércoles, 10 de abril de 2013

Inteligencia Emocional

Inteligencia emocional por Daniel Goleman
Inteligencia Emocional

Solo un amor poderoso, la urgencia de salvar a un hijo podría llevar a un padre a pasar por alto el impulso de la supervivencia social. El predominio del corazón sobre la cabeza en momentos cruciales nos guía cuando se trata de enfrentar momentos difíciles. La inteligencia puede ni tener la menor importancia cuando dominan las emociones. En un sentido real, tenemos dos mentes, una que piensa y otra que siente. La mente racional es la forma de comprensión de lo que somos conscientes, la mente emocional es un sistema de conocimiento, impulsivo y poderoso aunque ilógico. Las dos mentes operan en armonía entrelazando sus conocimientos, son facultades semi independientes, cada una refleja la operación de un circuito distinto pero interconectado del cerebro. En la mayoría de los momentos estas mentes están coordinadas. Se reconoce que el repertorio humano de habilidades va más allá de conocimientos escolares (lectura, escritura y aritmética). Estudios al respecto incluye en su definición de inteligencia emocional 5 esferas principales: 1.-Conocer sus propias emociones: reconocer un sentimiento mientras ocurre, es la clave de la inteligencia emocional. 2.-Manejar emociones: capacidad de conciencia de sí mismo. 3.-La propia motivación: ordenar emociones al servicio de un objetivo. 4.-Reconocer emociones en los demás: la empatía habilidad fundamental de las personas. 5.-Manejar las relaciones. Manejar las emociones de los demás. Las personas que se destacan en estas habilidades desempañan bien cualquier cosa que dependa de la interacción serena con los demás, son estrellas sociales.

Impulsos para la acción

Todas las emociones son impulsos para actuar. Existen tipos de emociones para distintas clases de respuestas: La Ira: la sangre fluye a las manos, es más fácil tomar un arma o golpear a un enemigo. El Miedo: la sangre va a los músculos esqueléticos grandes, resulta más fácil huir. La Felicidad: hay un momento de la actividad en un centro nervioso que inhibe los sentimientos negativos y favorece un aumento de energía disponible. El levantar los ojos en expresión de sorpresa, permite un mayor alcance visual y que llegue más luz a la retina; ofrece más información sobre el acontecimiento inesperado. El Disgusto: es un intento de bloquear las fosas nasales para evitar un olor nocivo, la expresión es el labio superior torcido a un constado, mientras la nariz se frunce. La Tristeza: es ayudarse adaptarse a una pérdida significativa; produce una caída de energía y entusiasmo por actividades de la vida. La forma que demostramos pesar cómo se demuestran las emociones o se contienen para momentos de intimidad son moldeados por la cultura.

Alexitimia: cuando llegamos a perder la capacidad de amar

Se denomina Alexitimia a un trastorno neurológico que impide a las personas afectadas identificar las emociones que experimentan, así como expresarlas verbalmente. Y no es una patología tan rara como pueda pensarse. Según datos de la Sociedad Española de Neurología, al menos un 10% de la población mundial está afectada por la Alexitimia. Las emociones influyen mucho en la atención, la memoria y el racionamiento. Tras revisar varios estudios de prevalencia en diferentes poblaciones, los expertos han visto que estos pacientes pierden "la capacidad de amar". La ciencia diferencia entre Alexitimia primaria y secundaria. La primaria tiene su origen en un daño en las estructuras neurológicas vinculadas con las emociones. La secundaria se da como consecuencia de un trauma emocional grave o un desorden en el aprendizaje emocional. La Alexitimia primaria puede ser fruto de factores hereditarios y, en ese caso, es común que comience a manifestarse en los primeros años de la infancia. Sin embargo, como explica el coordinador de la sección de Neuropsicología de la Sociedad, el profesor Pablo Duque San Juan, "también puede desarrollarse como consecuencia del propio desarrollo de alguna enfermedad neurológica". Sin identificar las emociones es más complicado tomar decisiones y crear vínculos sociales. Los seres humanos somos capaces de sentir amor, odio, alegría, miedo, es decir, experimentar sentimientos y emociones, gracias a un cerebro que lo hace posible, tanto estructural como funcionalmente. Además, podemos relacionar dichos sentimientos con estructuras que hacen posible su verbalización, su materialización en forma de palabra. Sin embargo, asegura el profesor, una anomalía de nacimiento en zonas cerebrales que se encargan de analizar y formular las emociones, o una lesión o disfunción que interrumpa el circuito de conexión entre estructuras "puede generar la imposibilidad de verbalizar e identificar los sentimientos". El experto afirma que las emociones "influyen muchísimo en la atención, la memoria y el racionamiento". Por ello, si no se es capaz de identificarlas, es "mucho más complicado" tomar decisiones y crear vínculos sociales", concluye.

Inteligencia emocional en la educación


Las emociones juegan un papel muy importante en nuestros estudios y nuestro aprendizaje, en todas las etapas de la vida -la escolar, la universitaria y la del aprendizaje permanente a que hoy nos obligan las responsabilidades  profesionales y ejecutivas.  Como es natural, hay emociones que favorecerán nuestro aprendizaje, y hay otras que lo perjudican o lo obstaculizan. A priori, podríamos decir que estados anímicos como la alegría, el entusiasmo o el coraje nos impulsan con la energía emocional adecuada para llevar adelante con eficiencia cualquier proceso de aprendizaje. Y estados anímicos como la tristeza, el miedo o la cólera perturban, obstaculizan o incluso pueden llegar a invalidar el proceso de aprendizaje. En una segunda lectura, podemos advertir que la intensidad de una misma emoción puede convertirla en positiva o negativa para distintas actividades.  Por ejemplo: un atleta puede tener un determinado nivel de ansiedad que puede mejorar su performance. Pero si tiene mucha ansiedad, no alcanzará su máximo nivel. Un actor puede ser estimulado por la ansiedad, y así mejorar su actuación, pero si esa ansiedad se convierte en miedo, al salir al escenario saldrá disminuido. Lo mismo puede ocurrir ante un examen, o ante una presentación en público, o ante la elaboración un informe, etc.  Hay cuatro niveles en los que nuestros estados emocionales pueden afectar nuestro aprendizaje:  

1) en una etapa inicial (predisposición, motivación, interés)  
2) en una etapa intermedia (perseverancia, persistencia, regularidad del estudio)
3) en una etapa de obstáculos (manejo de, de las dificultades, de la frustración o de la adversidad)
4) en una etapa final (equilibrio emocional en el examen 

de nuestros conocimientos o en la aplicación de los mismos) 


Esclavos de la pasión, ataques de ira

Una vida sin pasión sería un aburrido páramo de neutralidad, aislado y separado de la riqueza de la vida misma. Aristóteles señalo: lo que se quiere es la emoción adecuada, el sentir de manera promocionada a las circunstancias. Manejar bajo control nuestras emociones perturbadoras es la clave para el bienestar emocional. El arte de serenarnos es fundamental para la vida. Benjamín Franklin expresó: la ira nunca carece motivo, pero pocas veces se trata de un buen motivo. Tice descubrió que la ira es el estado de ánimo que la gente peor domina, la ira es la más seductora de las emociones negativas, y que haber elaborado una situación positivamente es una forma de dejar a un lado la ira. Cuanto más reflexionamos sobre lo que nos ha enfurecido; más buenas razones y auto justificaciones podemos inventar para estar furiosos. Cuando el organismo está en un estado de nerviosismo, la emoción de ira o ansiedad tiene una intensidad marcada. La ira se construye sobre la ira; el cerebro emocional se entona. Para entonces la ira, libre de las trabas que impone la razón, estalla fácilmente en una reacción violenta. Una forma para aplacar este sentimiento es aprovechar y desafiar loa pensamientos que lo pisparan, es una evaluación original de una interacción que confirma y estimula el primer estallido de ira y las siguientes revaloraciones que alimentan las llenan. Lo que importa es el tiempo; las primeras etapas del acto de ira son más eficaces. La Catarsis (dar rienda suelta a la ira) es ensalzada como forma de manejar la ira, te hace sentir mejor. Hay condiciones en que explayarse realmente funciona. Debido a la naturaleza incendiaria de ira, es más frío decir que hacerlo. Tiece descubrió que dar rienda suelta a la ira es una de las peores formas de calmarlas, la mejor forma de enfrentarse a la ira es no reprimirla, pero no actuar en consecuencia.

Las artes sociales

El arte de las relaciones, exige la madurez de dos habilidades emocionales: autogobierno y empatía. Un principio base de la vida social es: las emociones son contagiosas. La mayor parte del contagio emocional es más sutil, parte de un intercambio tácito que se produce en cada encuentro. Nos contagiamos los sentimientos como si se tratara de una especie de virus emocional.  El solo hecho de ver que alguien expresa una emoción puede provocar ese estado de ánimo, tanto si uno se da cuenta o no de que imita la expresión facial. Un elevado nivel de sincronía en la interacción significa que las personas que participan se caen bien. La sincronía refleja la profundidad del compromiso entre los miembros de la pareja, si uno está muy comprometido, los estados de ánimo empiezan a confundirse, ya sean positivos o negativos.
Errores maritales

John Gottman psicólogo de la universidad de Washington ha hecho el análisis más detallado acerca de los sentimientos corrosivos en una pareja que puedan deshacer u matrimonio. Gottman ha trazado un mapa de la ecología emocional del matrimonio con tanta precisión que, en un estudio, fue capaz de que parejas observadas en su laboratorio se divorciarían al cabo de tres años con una precisión del 94%. La crítica y el desdén o el disgusto habituales son señales de peligro porque por que indican que los cónyuges han hecho un juicio mudo desfavorable con respecto a la pareja. Este pensamiento duro y hostil conduce naturalmente a ataques que hacen que la persona que los recibe se vuelva defensiva o esté dispuesta a contraatacar a modo respuesta.
Una vez que los pensamientos perturbadores como la indignación absoluta se vuelven automáticos, son auto confirmador. Los cónyuges que están libres de estos puntos de vista perturbadores pueden considerar una interpretación más benigna de lo que está ocurriendo en las mismas situaciones y de ese modo es menos probable que sufran un asalto emocional de este tipo. Algunas personas tienen un elevado umbral para el desbordamiento y soportan fácilmente la ira y el desdén mientras que otras pueden dispersarse en el momento en que su cónyuge formula una leve critica. Los investigadores ofrecen consejos específicos para hombres y para mujeres y sugerencias generales para ambos. Los hombres necesitan diferente sintonía emocional. El consejo consiste en que no soslayen el conflicto si no que se den cuenta de cuando una esposa plantea alguna queja o desacuerdo tal vez lo está haciendo como un acto de amor intentando mantener la salud y el desarrollo de su relación. En cuanto a las mujeres, el consejo es similar, ellas deben de hacer un esfuerzo de no atacar a sus esposos: criticar lo que él hizo, no a él ni expresar desdén. Lo que más notoriamente falta en las parejas divorciadas son los intentos de reducir la tensión durante una disputa. Una estrategia general para lograr que un matrimonio funcione consiste en no concentrarse en los temas específicos por los que discuten las parejas, si no, en todo caso en cultivar la inteligencia emocional compartida, mejorando las posibilidades de resolver los problemas.

El verdadero origen de la crisis: ¿la culpa es del consumidor o de los bancos?

He concluido que capacidad de las personas de auto gratificarse es infinita, si se les dan los medios para hacerlo.  En mejorar la calidad de vida, en consumir, son tres los medios: los ahorros, el ingreso discrecional y el crédito. 
Agotados los ahorros y el ingreso discrecional, la única forma de seguir consumiendo más y mejor, es con crédito. Los ahorros representan la única forma forzada de autorregulación, porque son realmente finitos. El crédito en teoría también lo es, pero la autorregulación será tan forzada a como la exijan los bancos. ¿Son los bancos los culpables de estimular una inconveniente conducta  financiera personal, tentando siempre a los consumidores a vivir el presente a lo que dé? ¿O es solo un servicio que han dado, respondiendo a la humana condición de que querer siempre vivir mejor? Hay un dicho que dice "no hay nada más peligroso que un mono con una ametralladora": sálvese quien pueda.  En relación con la crisis, diría que no hay nada más peligroso que un consumidor disparando plata de un banco. ¿Consumidor vs bancos? ¿O será más bien un asunto de principios, de valores: ahorrar, pagar deudas?

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